La pasta filo es una masa muy delicada que se distribuye en forma de láminas muy finas, casi transparentes, originaria de Grecia y muy típica en países árabes. Como cualquier masa básica, nos permite jugar con ella en la cocina para darle cualquier forma y relleno que nos apetezca. En esta ocasión tenemos un toque italiano con unas ricas cestitas caprese de pasta filo.
La ensalada caprese es una de mis favoritas a pesar de su sencillez. Me gusta combinar sus ingredientes -tomate, mozzarella y albahaca- en preparaciones diferentes, y en esta receta resultó todo un éxito. La única dificultad que puede tener es manejar la pasta filo con cuidado, engrasando cada lámina y procurando que las demás no se resequen, para conseguir un efecto final crujiente y delicioso.
Precalentar el horno a 180ºC y engrasar con aceite una bandeja de magdalenas o moldes desechables individuales. Reservar. Disponer la pasta filo en una superficie limpia junto a un cuenco con aceite y un pincel de cocina. Con cuidado, extender una lámina, dejando bien tapadas las demás. Pincelar toda la superficie con aceite de oliva. Colocar con suavidad otra lámina encima, y pincelarla con aceite. Continuar el proceso hasta tener cuatro láminas superpuestas.
Recortar cuadrados lo suficientemente grandes como para cubrir los moldes. Colocar dos cuadrados de masa por molde, de tal modo que se intercalen las puntas. Cubrir el fondo con un poco de salsa de tomate. Repartir en cada unidad unos tomates cherry troceados, tres o cuatro bolitas de mozzarella y añadir un poco de pimienta negra. Cubrir con queso rallado especial para fundir (opcional).
Colocar todos los moldes sobre una bandeja y hornear durante unos 15-20 minutos, hasta que la masa esté bien dorada y el queso fundido. Esperar a que se enfríen un poco antes de desmoldar y decorar con unas hojas de albahaca fresca. Repetir el proceso con nuevas láminas de pasta filo.
Con qué acompañar las cestitas
Lo ideal es servir las cestitas caprese de pasta filo en el momento de sacarlas del horno, cuando el queso fundido se mantiene cremoso y la masa crujiente. Si hemos engrasado bien los recipientes, se podrán desmoldar con facilidad. Se pueden preparar con antelación si guardamos en la nevera las cestitas ya formadas en sus moldes, para que sólo nos quede hornearlas en el momento deseado.
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