Ya os dije el otro día cuando publiqué la receta de croquetas de cecina y boletus que en cuestión de croquetas, las que más me gustan son las de sabores intensos. Por eso, unas de las que tienen más éxito en casa son estas croquetas de queso Roquefort o Cabrales, que hago con una masa tan fina que incluso cuesta un poco darles forma.
Como sucede con todas las recetas de croquetas, lo mejor es vencer la pereza y preparar una buena cantidad ya que una vez hecha la pasta de croquetas y formadas éstas, se pueden guardar congeladas y utilizar para una cena improvisada, aperitivo o como entrante.
Ingredientes
- Harina de trigo 75 g
- Mantequilla 75 g
- Leche 750 ml
- Queso Roquefort 50 g
- Huevos 2
- Pan rallado 50 g
Cómo hacer croquetas de queso Roquefort o Cabrales
- Tiempo total 30 m
- Elaboración 10 m
- Cocción 20 m
- Reposo 2 h
Si el otro día os contaba la técnica para las croquetas que tienen tropezones en la que empezabamos dorando éstos para continuar añadiendo la harina y después la leche, en esta ocasión vamos a hacer la bechamel al estilo clásico, para que nos quede sin un grumo.
Comenzamos calentando la leche y echamos en ella el queso azul troceado. Dejamos que hierva y disolvemos el queso hasta que no quede nada. Probablemente quedarán en la superficie de la leche algunas manchas verdes y trozos que luego colaremos. Lo reservamos y dejamos que enfríe.
En la sartén, derretimos la mantequilla y añadimos la harina. Con una cuchara de palo vamos mezclando bien haciendo una pasta o roux que coceremos unos minutos a fuego lento hasta que tome un color algo más tostado. Sobre este roux añadimos toda la leche que ya estará fría, pasándola por un colador para dejar libre de impurezas. Trabajamos la bechamel hasta que alcance el espesor que prefiramos.
Probamos y rectificamos de sal si hiciera falta. Dejamos la masa de croquetas en una fuente para que se enfríe y la cubrimos con un film de plástico de cocina al contacto, para que no haga piel. Si hemos hecho muy líquida la bechamel, metemos la pasta 30 minutos en el congelador, una vez se haya enfriado.
Formamos las croquetas y las pasamos por huevo y pan rallado. En esta ocasión las he hecho redondas para hacer muchas croquetas pequeñitas, pero cada uno que las forme como quiera. Si queréis, como son unas croquetas más líquidas en su interior, podéis hacer doble capa de empanado o pasarlas sucesivamente por harina, huevo y pan rallado. Estarán deliciosas tras freírlas en aceite abundante y escurrirlas en papel absorbente.
Con qué acompañar las croquetas de queso Roquefort o Cabrales
Estas croquetas de queso roquefort o Cabrales resultan estupendas para sorprender a los amigos y familiares en reuniones, ya que su intenso sabor suele gustar mucho. Si además freís otras de jamón, de pollo o de carne picada, alternar los distintos sabores es muy agradable. Para acompañar, os sugiero un vino tinto con carácter.
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