Esta receta de pan de ajo es infalible para prácticamente cualquier ocasión, sobre todo para comidas al aire libre de verano, reuniones de amigos o cenas familiares. Se prepara en poco tiempo y nos puede solucionar un aperitivo o picoteo en cualquier momento, y además es una receta versátil que podemos adaptar a nuestros gustos.
Para que sea un éxito hay que procurar elegir un buen pan, estilo baguette o barra rústica con poca miga y no muy grueso, y una buena mantequilla. La cantidad de ajo va al gusto, aunque yo creo que 3 dientes de tamaño medio para una barra grande son perfectos. Esta es una receta básica que podemos enriquecer añadiendo queso parmesano a la mezcla con la que pintar el pan. Os aseguro que sin queso es una delicia igualmente adictiva.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja cubriéndola con papel sulfurizado. Procurar que la mantequilla esté a temperatura ambiente, con una textura blanda. Lavar y secar bien el limón. Pelar los dientes de ajo y picarlos muy finos. Cortar la barra de pan en rebanadas de aproximadamente un dedo de grosor.
Disponer la mantequilla ablandada en un cuenco y añadir el aceite de oliva, la ralladura de limón, los dientes de ajo picados, un golpe de pimienta negra, el ajo granulado, una pizca de sal gruesa y una cucharada de queso parmesano, si lo usamos. Mezclar todo muy bien hasta dejar una textura cremosa.
Untar cada rebanada de pan con la pasta cremosa usando un pincel de cocina, o un cuchillo de mantequilla. Distribuirlas sobre la bandeja preparada y hornear durante unos 12-15 minutos, hasta que se haya derretido la mantequilla y el pan esté bien dorado. Picar perejil y añadirlo antes de servir.
Con qué acompañar el pan de ajo
El pan de ajo es perfecto para servir de aperitivo o para acompañar una comida con amigos o con la familia, sobre todo en tiempo de barbacoas y terrazas. Se puede preparar con antelación ya que aguanta crujiente hasta el día siguiente, aunque es mejor prepararlo la misma jornada. Si sobra, podemos darle una segunda vida triturándolo para hacer pan rallado aromatizado, picándolo para tener picatostes para añadir a sopas como el gazpacho, o añadiendo queso fundente para hacer tostas para gratinar.
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