Resistirse a los empanados es una tarea bastante complicada. Crujientes, calentitos, bien dorados y, cuando presentamos opciones de queso, muy fundentes, se convierten en una alternativa maravillosa para cualquier tipo de picoteo.
Cierto es que deben tomarse con precaución, pero aunque esta receta la vamos a hacer con sartén, siempre podemos apostar por meter nuestros rebozados o empanados en el horno o en freidora de aire y nos quedarán más ligeros.
Hoy nos atrevemos con el scamorza, que es un queso italiano fundente, suave y muy fácil de encontrar en cualquier supermercado, al que la capa de harina, huevo y pan rallado le viene de maravilla; aunque, claro, a quién no le viene bien este 'abrigo'.
Mucho más fácil de hacer de lo que imagináis, los únicos secretillos están en escurrir bien los excesos del rebozado y, como el queso funde mucho, dar un segundo empanada para asegurar la cobertura. Una vez que lo probéis no vais a volver a sacarlo de vuestro repertorio.
Batimos los dos huevos, añadimos la cucharada de leche y colamos con un colador fino para evitar los grumos del huevo batido. Reservamos.
Por otro lado, cortamos la scamorza en rodajas de un centímetro más o menos y las pasamos por harina, huevo y pan rallado, mientras calentamos en una sartén una cantidad generosa de aceite. Repetimos la operativa de la harina, el huevo y el pan rallado para asentar bien el rebozado y freímos en aceite bien caliente (a unos 170 ºC) hasta que el rebozado esté al gusto de tostado que nos apetezca.
Escurrimos en una rejilla y retiramos el exceso de aceite con un papel absorbente y servimos bien caliente.
Con qué acompañar el queso scamorza empanado
En esta receta hemos utilizado queso scamorza ahumado, pero también podéis comprar scamorza sin ahumar o utilizar otro queso semitierno que sea de circunstancias parecidas. Aseguraos de que no tiene mucha agua, como pasa con la mozzarella, pues ahí se complica la fritura.
Picoteo fácil donde los haya, un buen complemento para el scamorza empanado es utilizar un coulis de frutos rojos, una confitura de fresa o algún otro tipo de mermelada, pero también le van bien sabores menos dulces como un mojo verde o una salsa con un puntito ácido o fresco como podría ser el tzatziki griego, a base de yogur.
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