Comer de aperitivos es algo que haría a diario, ya que me da la oportunidad de disfrutar de un amplio abanico de elaboraciones. Estos últimos días estoy disfrutando mucho de ellos, ando organizando un homenaje a mis padres que, en breve, celebrarán sus bodas de oro. Entre los bocados que formarán parte de nuestro cóctel, está este tartar de tomate y dátil con langostino.
Aunque se puede servir como entrante de una comida o como plato único de una cena, a mi me gusta presentarlo en forma de bocado. De ahí la versión mini y las hojas de lechuga que hacen las veces de soporte sobre las que descansa el tartar de tomate y dátil con langostino. Es un aperitivo fresco, ligero y muy sabroso.
Comenzamos por el tomate, que habrá que pelar, picar y escurrir para poder calcular el peso necesario para esta receta. Escaldamos el tomate en agua hirviendo, durante 1 minuto, y habiendo practicado previamente un corte superficial en forma de cruz en su base y retirado la parte del tomate que lo une al pedúnculo.
Enfriamos el tomate en abundante agua con hielo para cortar la cocción. Pelamos y cortamos en cuartos, retirando las semillas y reservando sólo la carne del tomate. Lo picamos en tiras y, después, en dados de pequeño tamaño. Escurrimos el tomate sobre un colador y lo pesamos. Separamos 100 gramos y reservamos el resto.
Pelamos y cortamos la cebolla en juliana fina. La doramos en una sartén con un poco de aceite de olvia, a fuego muy suave, al tiempo que removemos. Cuando haya alcanzado un tono tostado, la retiramos del fuego y la picamos finamente con un cuchillo afilado o a tijera.
Picamos el cebollino y los dátiles y se los añadimos al tomate, junto con la cebolla picada. Aderezamos con la salsa perrins y el aceite de oliva. Salpimentamos al gusto y dejamos reposar en frío, dentro de la nevera, durate dos horas para que los sabores se asienten.
Lavamos unas hojas de lechuga y las cortamos en 30 piezas de unos 4x4 cm. En una sartén, calentamos el vinagre balsámico hasta reducir a la mitad. Pelamos los langostinos, retirando cabeza y cola. Los marcamos en una plancha engrasada con un poco de aceite de oliva, aproximadamente un minuto por cada lado.
Montamos el tartar sobre dos láminas de lechuga, tomando una pequeña porción del mismo y colocándolo en un montoncito. Apoyamos un langostino en cada uno, salpicamos con la reducción de vinagre balsámico y unas escamas de sal, decoramos con cebollino y servimos.
Tiempo de elaboración I 30 minutos + 2 horas de reposo
Dificultad I Fácil
Con qué acompañar el tartar de tomate y dátil con langostino
Es sorprendente cómo, un bocado tan pequeño, puede agrupar tal concentración de sabores y combinarlos de manera tan equilibrada. Desde la acidez del tomate, pasando por el dulzor del dátil, y terminando por la agriedad del balsámico, este tartar de tomate y dátil con langostino es todo un manjar. Vuestros paladares bailarán de alegría.
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