No, no me he vuelto loca, y es que quizá os choque en estas fechas que yo venga ofreciendo una receta de este estilo. Lo cierto es que se trata de un turrón blando de mejillones y atún claro, y no de un dulce típico de diciembre, y tan fácil y práctico para improvisar un aperitivo, que cualquier ocasión es buena.
Una receta que me encandiló por su sencillez, con su elaboración a partir de latas de conservas de las que suele haber siempre en la despensa. Tan solo tendréis que tener un poco de paciencia mientras que la mezcla cuaja en la nevera para conseguir un aperitivo vistoso y sobre todo muy rico.
Comenzaremos remojando en abundante agua fría las hojas de gelatina durante 10 minutos. Seguidamente vamos abriendo las latas y escurriendo bien el aceite. Ponemos el contenido de las latas en un bol y le añadimos el queso crema. Trituramos todo bien con una batidora.
Calentamos la mezcla de queso y conservas ligeramente. Por otra parte derretimos unos segundos en el microondas las hojas de gelatina escurridas del agua y las añadimos a la mezcla anterior removiendo hasta integrarlas.
Vertemos en un molde de silicona plano rectangular o bien en uno de silicona de financiers. Dejamos gelificar durante dos horas en la nevera.
Con qué acompañar el turrón blando de mejillones y atún claro
Este turrón blando de mejillones y atún claro puede servir como entrante simplemente acompañado de unas tostaditas de pan, aunque si queréis darle un toque cítrico y original acompañadlo de unos gajos de lima, frutos rojos y cilantro.
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