Con dos ingredientes tan básicos como son el arroz y el pollo se pueden preparar miles de platos diferentes, como una sartén de arroz salvaje con pollo y setas, complicándonos todo lo que nos apetezca. En el caso de esta receta de pilaf de pollo con arroz salvaje y frutos secos la dificultad es mínima, pero el resultado delicioso gracias al añadido de las especias y el toque de almendras, cacahuetes, piñones y pasas.
Un pilaf es un plato de arroz que se cocina con un caldo aromático y diversos ingredientes añadidos según la región. Es típico de países de Oriente Medio y de los Balcanes, aunque podemos encontrar variantes en otras muchas zonas, también de Asia y África. También es el nombre de un personaje de Bola de Dragón, pero ese es otro tema en el que no nos vamos a meter aquí.
Cortar el pollo en piezas de un bocado, salpimentar ligeramente y mezclar con el zumo de limón y las especias ras-el-hanout. Dejar marinar 15 minutos. Picar muy bien la cebolleta y los dientes de ajo, lavar y pelar la zanahoria y cortar en bastones finos o rallar usando un rallado no muy fino.
Calentar un poco de aceite de oliva en una sartén amplia y pochar la cebolleta hasta que se transparente. Añadir el pollo y cocinar a fuego fuerte hasta que se dore bien por todos lados. Agregar los dientes de ajo, la zanahoria, los piñones, los cacahuetes, las pasas y las almendras, y remover bien.
Incorporar el arroz y saltear el conjunto un par de minutos. Cubrir con el caldo, llevar a ebullición, bajar el fuego, tapar y dejar cocinar según el tiempo indicado en el paquete del arroz. Cocer los últimos minutos destapado si hiciera falta para que se evapore todo el líquido.
Con qué acompañar el pilaf de pollo
El pilaf de pollo con arroz salvaje y frutos secos es un plato completo que además podemos preparar con antelación o guardar en tartera para llevar. Podemos servirlo con un buen puñado de frutos secos tostados aparte por encima y un poco de perejil fresco picado. Si resultara demasiado picante, una salsa rápida de yogur natural con algo de sal, pimienta y ralladura de limón es un contraste estupendo que suaviza los sabores.