Pese a la globalización del gusto y el acceso a todo tipo de ingredientes, aún hoy hay tradiciones gastronómicas distintas que se mantienen en cada país, en cada región y casi en cada pueblo. Por eso, lo que para unos es un plato típico o de toda la vida, a otros ni se les pasaría por la cabeza prepararlo en las fechas señaladas. Los asados de aves y pescados son tradición en muchos lugares de España y de media Europa, pero si te apetece algo diferente, considera apostar por cordero.
Nuestros vecinos franceses, sin ir más lejos, también acostumbran a preparar un pavo o capón en Nochebuena o Navidad; también las aves de corral y la caza menor son opciones típicas en tierras británicas, junto con el ganso o la oca, y se repiten en muchos países centroeuropeos, igual que en gran parte de España. Sin embargo, asar un gran pavo puede no ser del gusto de todo el mundo ni ya lo más práctico para los nuevos modelos de familia.
Por eso Romain Leboeuf, experto carnicero reconocido con el prestigioso título de Meilleur Ouvrier de France, que también lució Paul Bocuse, sugiere cambiar las aves por una carne que considera perfecta para las fiestas, el cordero. Un animal que antaño se consumía más y que hoy casi que solo lo recordamos cuando salimos de escapada en busca de un buen asador en invierno, o en Semana Santa, recuperando su valor simbólico cristiano.
En España hay familias que sin duda tendrán ya asegurada su pieza de cordero para la cena del 24 o alguna comida navideña, pero para quienes no hayan considerado elegir esta carne, Leboeuf tiene razones de peso para recomendarla, y afirma que lleva años siendo un éxito en su carnicería.
"En Navidad vendemos muchas patas de cordero, mientras que en Semana Santa, se ha perdido un poco". Según comenta, esta alternativa es perfecta para las personas que están "hartas de las aves de corral". Una pieza que suele triunfar es la corona, que luce de lo más vistosa en la mesa, pero cree que el clásico asado es la mejor apuesta para no complicarse en casa, sobre todo si no somos muchos en la mesa.
Paletillas y piernas son muy fáciles de asar, simplemente adaptando los tiempos a cada corte para que no se queden secas. La paletilla de cordero asada, que corresponde a la pata delantera, puede cundir para dos personas si pesa entre 500-700 g y el menú es más largo, pero si el animal es lechal y pequeño se calcula una por comensal. Una pierna de cordero al horno, lechal, es perfecta para compartir entre dos personas, pudiendo cundir hasta cuatro comensales si la pieza es más grande, de dos o más kilos, cuando incorpora parte del cuarto trasero del animal.
Así, el lechazo al horno es una apuesta segura y fácil para quienes prefieren carne en sus mesas de fiesta pero estén hartos de pavos, pollos y codornices, y no tengan ganas ni capacidad para enfrentarse a grandes asados pensados para familias numerosas.
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En DAP | Asado murciano de cordero
En DAP | Cordero guisado