Las alitas de pollo son un excelente alimento, ya que resulta barato, está riquísimo y se puede preparar de mil y una formas. Hoy hemos preparado esta receta de alitas de pollo con soja, miel y limón que seguro que os va a gustar y con la que, literalmente, os váis a chupar los dedos.
La idea la vimos en el libro del chef Darío Barrio "Cocina, disfruta, vive" que tiene muy buenas propuestas para cenas familiares preparadas de forma sencilla y en su recuerdo nos hemos animado a prepararlas.
Cuando compremos las alitas, le pediremos a nuestro carnicero que las divida en las tres secciones que tienen. Las dos secciones más gruesas que contienen la carne son las que utilizaremos para nuestra receta. La punta del ala la utilizaremos para enriquecer un caldo de pollo para que tenga sabor intenso, cuando lo hagamos con unas carcasasy algunas verduras.
Preparamos una mezcla -un mejunje según lo explica Darío Barrio- mezclando en un bol la soja, la miel y el zumo de los limones y espolvoreando con una cucharadita de orégano seco. Removemos bien hasta que la mezcla es homogénea.
Precalentamos el horno a 200ºC y mientras alcanza la temperatura ponemos las alitas sobre un silpat de silicona para evitar que se nos ensucie la bandeja del horno. Una vez colocadas, las barnizamos sin escatimar cantidad con el mejunje y las metemos al horno.
Damos la vuelta a las alitas cada 5 minutos, barnizando de nuevo con el mejunje cada vez que las volteemos y las dejamos hornear hasta que estén bien doradas y con la piel muy crujiente. El proceso tardará aproximadamente 35 minutos.
En ese tiempo preparamos un arroz blanco y si queréis una ensalada de hojas verdes y servimos todo junto. Os recomiendo que preparéis servilletas de papel pues las alitas se comen con las manos y la salsa de soja miel y limón ensuciaría mucho las de tela.
Con qué acompañar las alitas de pollo con soja, miel y limón
Esta receta de alitas de pollo con soja, miel y limón es una de las mil posibilidades que tienen las alitas a la hora de cocinarse. Os recomiendo tomarlas a la hora de comer como entrante a compartir, o como plato fuerte después de una buena sopa calentita que podéis hacer cociendo las puntas de las alas que descartamos en la elaboración de esta receta.