Hoy quiero enseñaros a preparar un buen chuletón en su punto, con salsa de queso de Cabrales, una receta que hemos preparado para compartir entre dos o tres personas como segundo plato, aunque está tan rico que yo mismo casi podría haber dado cuenta de él sin ayuda.
Ya que tenemos que replantearnos la frecuencia de las veces que comemos carne, esta puede ser una receta estupenda para esas veces en las que nos decidamos a hacerlo, con gran disfrute para los comensales.
Esta receta la puedes hacer también con un entrecot de lomo bajo, o con cualquier pieza de carne de ternera, vaca o buey de tamaño medio, aproximadamente 800 g de peso y unos tres centímetros de grosor.
Comenzamos sacando la pieza de carne de la nevera para dejar que se atempere. Mientras tanto, podemos empezar con las guarniciones, confitando unos pimientos del piquillo en una sartén con dos dientes de ajo laminados y tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra, dejando que se cocinen diez minutos con el fuego al mínimo.
También pelamos y picamos unas patatas para freírlas en otra sartén mientras hacemos el resto de las elaboraciones. Para hacer la salsa, ponemos el queso de la D.O. Cabrales en un cazo con la nata y dejamos que se funda mientras removemos con unas varillas de vez en cuando.
Cuando todo esté en marcha, nos ponemos con el chuletón que haremos de la forma que os indicamos aquí, primero marcándolo en la plancha acanalada y terminándolo en el horno a 200ºC durante diez o doce minutos. Así queda perfecto en el interior, muy jugoso pero bien dorado por fuera.
Fileteamos el chuletón, retirando el hueso y cortando tiras de un cm de grosor aproximadamente. Pasamos la salsa por un colador apretando con el dorso de una cuchara y la servimos aparte en un cuenquito, ya que es una salsa con un sabor muy potente y es preferible que cada uno se eche a su gusto.
Con qué acompañar el chuletón en su punto con salsa de queso de Cabrales
Para acompañar este chuletón en su punto con salsa de queso de Cabrales he utilizado dos guarniciones clásicas. Por un lado unas buenas patatas fritas y por otro, unos pimientos del piquillo confitados en aceite de oliva con un par de dientes de ajo. Disfrute garantizado.
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