Hoy quiero enseñaros cómo preparar en casa un jamón asado a la gallega, un plato perfecto tanto para comer en caliente, acompañado de su salsa, como en frío, siendo una receta ideal para resolver una cena a base de bocadillo o de sándwich. Es bastante similar a la receta de la pata asada canaria aunque con distinto aliño y sabor.
Esta receta de carne de cerdo asada en el horno es perfecta para dar de comer a un batallón. Cuando tengo reunión familiar, es una opción que me encanta, porque además, con las sobras cortadas bien finitas, obtenemos un delicioso fiambre, perfecto para hacer bocadillos y otras elaboraciones.
Lo podéis preparar con un jamón o con una paletilla de cerdo, que es la opción que he hecho yo, para no trabajar con una pieza demasiado grande. No obstante, una paletilla de cerdo fresca está en torno a los 4 o 4,5 kg, así que vais a tener bastante. Aunque luego merma en el horno y hay que descontar la pezuña y los huesos, vais a obtener unos 2 kg a 2,5 kg de carne, por lo que podréis alimentar a toda la familia y guardar abundante jamón asado.
Para que nos entre en el horno, lo primero que hacemos es eliminar la pezuña o pie de cerdo, que guardaremos para hacer caldos y otras elaboraciones. A la paletilla, le haremos unos cortes con forma de rombo para ayudar a que el adobo y la sal le penetren mejor, tanto en la zona de la piel como en la zona de la carne.
Preparamos un adobo mezclando tres cucharadas soperas de orégano, el tomillo, cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva y dos de vinagre de Jerez. Agregamos una cucharada de pimentón dulce y mezclamos bien. Tomamos un buen puñado de sal gruesa y la frotamos por toda la paletilla, procurando que se introduzca en los cortes que hemos hecho. Después embadurnamos bien la paletilla con el adobo y dejamos que repose unas ocho horas, para que tome bien el sabor.
Sacudimos bien la pata para eliminar la sal que no haya absorbido y colocamos el jamón en la bandeja del horno, colocada en la zona central. Horneamos a 180ºC durante 3 horas, en función vapor, -si tiene nuestro horno- o con una bandeja con agua puesta debajo de la bandeja de la paletilla, para que la carne se ase con bastante humedad.
Cada 45 minutos, damos la vuelta a la pieza, controlando que se vaya cocinando de manera homogénea. Cuando hayan transcurrido tres horas y demos la última vuelta, añadimos un vaso de brandy por encima de la piel y dejamos cocinar los últimos 30 minutos, ya sin vapor y a 200ºC para que la piel se quede bien tostada y crujiente.
Con qué acompañar el jamón asado gallego
Para disfrutar del jamón asado gallego, podéis cortarlo en filetes gruesos y comerlo en caliente, con unas patatas fritas o unos pimientos de Padrón. Si los filetes os gustan bien finitos, es mejor dejar que se la carne se enfríe en la nevera. Al día siguiente, se corta con facilidad en filetes finitos. Con una salsa elaborada con los jugos de la cocción y un poco de cebolla frita, o una salsa tipo española, no necesitaréis más para disfrutar.
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