Muchas veces nos juntamos los amigos en casa con cualquier disculpa. Para ver un partido de fútbol, para celebrar un cumpleaños o simplemente para disfrutar de esas ocasiones especiales en las que nos juntamos y comemos y bebemos juntos. Por si no sabéis con qué sorprenderles, os recomiendo que preparéis unas costillas al kalimotxo, una receta fácil para reuniones de amigos con la que tendréis el éxito asegurado.
Se trata de uno de esos platos divertidos de comer, ya que se comen con las manos igual que las alitas de pollo al curry o mis preferidas, las alitas de pollo con salsa satay. Además, a todos les resultará muy curioso saber que se han preparado cociendo en kalimotxo, la mezcla de vino y refresco de cola que les recordará sus años jóvenes.
Comenzamos dorando las costillas en una sartén para darles un bonito aspecto exterior. Mientras, preparamos el kalimotxo, poniendo en una jarra grande las copas de vino y los refrescos de cola, unos cubos de hielo y unas tiras de corteza de limón. Si os apetece, podéis probar un vasito para ir bebiendo vosotros mientras preparáis esta receta. Cuando estén doradas, reservamos las costillas.
En una cacerola grande, pochamos la cebolleta y el puerro y cuando estén tiernos, añadimos las costillas y el kalimotxo con los hielos incluidos. Con el fuego a media potencia, dejamos que las costillas se cocinen durante tres cuartos de hora, removiendo de cuando en cuando para que se cocinen de forma homogénea. En ese tiempo, se formarán algunas espumas del refresco de cola y el caldo se irá oscureciendo tal como se ve en las imágenes siguientes.
Mientras se cuecen las costillas, podemos preparar la guarnición. Yo os recomiendo que hagáis uno de los purés irlandeses que hemos hecho en los últimos tiempos, ya sea el puré Champ -elaborado con cebolleta- o el Colcannon, -elaborado con col o con kale-. Si preferís patatas fritas, recordad que para que estén estupendas las debéis freír siguiendo esta técnica para hacer las mejores patatas fritas del mundo mundial.
Durante la cocción de las costillas, el kalimotxo va reduciéndose, y -debido a su contenido en azúcar- se va formando una salsa pringosa y almibarada, ideal para sazonar la carne de cerdo. Cuando la carne de las costillas empiece a dejar asomar el hueso y prácticamente no os quede más que un vaso de salsa en la cacerola, pasamos las costillas a una fuente de horno. Después, trituramos la salsa con la batidora y cubrimos con ella las costillas, terminando de cocinar la receta en el horno a 200º durante diez minutos más o hasta que las costillas al kalimotxo tengan un color dorado irresistible.
Con qué acompañar las costillas de cerdo al kalimotxo
Las costillas de cerdo al kalimotxo son estupendas para sorprender a los amigos, debido a lo tiernas que quedan tras la doble cocción cacerola/horno y gracias al increíble sabor que les aporta la salsa de vino y refresco de cola. Servid la salsa sobrante en un cuenco para que los comensales puedan añadirse más al gusto. Podéis hacer versiones similares sustituyendo el vino por ron, whisky o vuestro licor preferido.
En Directo al Paladar | BBQ Ribs New York, la receta definitiva de costillas de cerdo a la barbacoa
En Directo al Paladar | North Carolina Ribs, las costillas de cerdo al horno perfectas