Hoy os recomendamos preparar para cenar una de las tapas más emblemáticas de Sevilla: el solomillo al whisky. Pese a su nombre, lo cierto es que en la mayoría de bares se elabora con brandy –más económico–.
Ten en cuenta en cualquier caso que, uses el que uses, el plato final apenas lleva alcohol, pues si lo haces bien se evapora por completo en la cocción.
Su elaboración es tan fácil como rápida. Lo único que tienes que hacer es marcar en una sartén con aceite los medallones de solomillo, reservarlos y, en el mismo aceite, sofreír ajo picado para, cuando esté bien cocinado, desglasar con coñac.
Una vez se haya evaporado el alcohol, añade un poco de caldo o agua, zumo de limón, mantequilla y media cucharadita rasa de comino molido. Cuando arranque de nuevo el hervor, reincorpora los medallones de solomillo y deja que se cocinen a fuego suave durante cinco minutos.
Desde el punto de vista nutricional, aunque cualquier salsa con mantequilla añade calorías, el solomillo de cerdo es una carne magra, rica en proteínas y baja en grasas, especialmente si retiramos cualquier exceso de grasa visible.
El acompañamiento tradicional de este plato son las patatas fritas, que seguro querremos mojar en la salsa, pero se puede acompañar también fenomenal con una ensalada.
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