Esta receta de pechugas de pollo con crema de limón es perfecta para el domingo por la noche

Todo un clásico de la cocina que se puede resolver en menos de lo que crees

Mala fama. Negar que las pechugas de pollo cargan un sambenito de sequedad y poco sabor sería mentir. Sin embargo, el problema no es de las pechugas de pollo, sino también de cómo las queramos preparar.

No pretendemos seguir ocultando la realidad. Tampoco edulcorarla. Es cierto que, por sí solas, las pechugas de pollo no ponen mucho de su parte para cargar con esa fama. Sin embargo, eso no quiere decir que con un poco de cariño podamos hacer de ellas una cena de éxito para cualquier noche.

Digamos que son un lienzo en blanco que, en función del pincel con el que le demos, podemos convertirlas en una obra maestra de la cocina doméstica. Buenas, bonitas y baratas, las pechugas de pollo es posible que no cuenten con la misma buena reputación que sí tienen, por ejemplo, los muslos de pollo, sus primos hermanos y a los que solemos tener en mejor estima.

Tampoco tienen la relevancia que tiene el solomillo de cerdo, otra de esas carnes asequibles y accesibles con las que coronarse en casa. Sin embargo, hoy rompemos una lanza por las pechugas de pollo con una receta fácil, casera y rápida que nos permite triunfar sin gastar de más.

Lo hacemos con estas pechugas de pollo con crema de limón, que vamos a preparar con todo un clásico de la cocina china, al que todos ponemos cara, y que no es otra cosa que el pollo al limón al estilo chino.

Parte del misterio de la receta, que es sencillísima, está en la marinada previa que vamos a hacer y que permitirá que el pollo, tradicionalmente magro, coja sabor y textura sin esfuerzo. Luego, como es evidente, hay que hacer una buena cama de empanado. Sencilla y eficaz, todo lo que sea crocante nos va a hacer un poco más felices.

El truco final viene de la mano de la crema de limón, que no es otra cosa que una especie de jarabe que vamos a hacer con el zumo de dos limones, un caldo de pollo, un poco de azúcar y un poco de maicena, dejando que espese. Luego solo habrá que freír el pollo, cortándolo luego en tiras y acompañarle de esta singular crema de limón con la que triunfar entre semana.

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