Hay platos que se ponen de moda y se mantienen en el tiempo y otros que dejan de consumirse o se consideran viejunos. Este fin de semana, hablando con los hijos de mis amigos en la celebración de un cumpleaños, me di cuenta de que muchos chavales no los habían probado nunca y ni siquiera sabían qué son los filetes rusos. Por eso he decidido publicar la receta de mi abuela Lola, para quien le pueda interesar.
Aunque la receta de filetes rusos tiene muchas versiones, la receta de mi abuela tenía las siguientes características: los filetes estaban hechos de carne picada condimentada y siempre eran muy muy finos y aplanados; se pasaban solamente por harina y se freían hasta que los bordes se empezaban a tostar; y por último, se acompañaban siempre con tomate frito casero -servido aparte- y de patatas fritas en cuadraditos.
Comenzamos haciendo un majado en el mortero o almirez con el ajo y el perejil y unos granos de sal gorda hasta obtener una mezcla homogénea. No hace falta que sea una pasta, pueden distinguirse el ajo y el perejil, pero han de haberse golpeado durante un par de minutos.
En un bol, mezclamos la carne picada con el huevo y el pan remojado en la leche. Si queremos podemos utilizar ingredientes opcionales como media cebolla muy picada y el tocino, los incorporamos también. Salpimentamos. Añadimos el majado del mortero y trabajamos el conjunto con un tenedor para repartir uniformemente los ingredientes.
Hacemos 8 bolas con la masa resultante y las aplastamos con la palma de las manos hasta obtener un filete muy plano que pasamos por harina. Freímos en aceite de oliva muy caliente para que se doren enseguida y queden jugosos por dentro.
Escurrimos en papel absorbente para retirar el exceso de aceite de la fritura y servimos inmediatamente, acompañados de patatas fritas y de tomate frito, calculando dos filetes rusos por cada comensal.
Con qué acompañar los filetes rusos tradicionales
Para la guarnición de esta receta de filetes rusos tradicionales que hacía mi abuela Lola, podéis calentar cuatro o cinco cucharadas de tomate frito casero y freír dos patatas cortadas en cuadraditos.
Lo bueno de esta receta de filetes rusos es que se pueden tomar tanto recién hechos, en caliente, como fríos o incluso de un día para otro. Son además excelentes para llevar a la oficina, a la playa o a la piscina en tupper y también se pueden congelar. ¿No os está apeteciendo hacerlos hoy mismo?
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