Este guiso de pollo es un clásico imbatible, perfecto para la vuelta al cole

A todos nos cuesta encarar septiembre tras las vacaciones de verano y afrontar el nuevo curso también con el cambio de estación a la vista. Pero si hay algo en la vuelta a la rutina que no falla como remedio para renovar las energías, es reencontrarnos con la comida casera, pero de la de verdad. Platos que saben a tradición, a familia y a hogar, como los guisos de toda la vida.

En este campo son un éxito asegurado los guisos de pollo, siempre tan reconfortantes sin ser aún tan pesados -o aparentemente pesados- como los potajes y estofados de legumbres. Recetas sencillas y humildes con una carne económica pero llena de sabor si se cocina con cariño siguiendo la tradición de nuestras madres y abuelas. Nuestro recetario tiene muchos nombres típicos repartidos por todo el territorio nacional, pero pocos se equiparan a la pepitoria.

Originalmente cocinado en forma de gallina en pepitoria, aprovechando además aves más viejas que daban mucha sustancia a la salsa, hoy en día es más fácil hacer un sencillo pollo en pepitoria que también queda para chuparse los dedos. O, mejor aún, rebañar hasta la última gota del plato con buen pan.

Con ingredientes sencillos típicos de cualquier hogar se obtiene un guiso con sustancia y muchísimo sabor, donde destaca el toque de azafrán que tiñe la salsa y el añadido de almendras y huevo duro. Perfecto para cocinar una gran cantidad y tener sobras para congelar, o para preparar de un día para otro, pues gana mucho con el reposo.

Añade una guarnición de arroz blanco para que sea un plato más completo o algo de cuscús, y te cundirá en muchas más raciones. El aroma que sale de la cazuela ya te reconcilia con esa vuelta a la rutina y hace ver el inminente otoño con otros ojos.

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