Esta receta es de las típicas elaboraciones que son muy sencillas y salen siempre buenísimas. Me refiero a esas recetas que salen a la primera y gustan a todos. Y es que la elaboración de estos muslos de pollo asados en salsa de limón y vino no tienen, como ahora veréis, ningún misterio.
Básicamente, se trata de hacer una buena marinada en la que dejaremos macerar el pollo, durante unas dos o tres horas y luego lo haremos en el horno, con buena potencia. Por eso resulta cómodo hacer los preparativos y la marinada por la mañana, dejarlo macerando mientras estamos trabajando y rematarlo para la hora de la cena, cuando muchas veces no tenemos ganas de cocinar.
Como en casi todas las recetas de pollo, empezamos chamuscando las plumitas y cañones que puedan tener, especialmente en la parte baja de los muslos para que no nos los encontremos cuando vayamos a comer. Después, para no manchar, ponemos los muslos de pollo en la misma fuente donde los vayamos a asar y allí mismo preparamos la marinada.
Espolvoreamos los muslos con un poco de sal, picamos el ajo muy finito y lo echamos por encima y después incorporamos el vino. Podéis usar cualquier vino blanco que os guste, aunque yo prefiero especialmente usar vino fino de Jerez por el excelente sabor que aporta a este plato.
Después, exprimimos el zumo de un limón y lo incorporamos también. Dejamos el pollo cubierto con film o plástico de cocina metido en la nevera durante un mínimo de 2 horas. El limón le dará un gusto muy similar a las pechugas especiadas que hicimos hace poco con zumo de lima y que tanto nos gustaron.
Precalentamos el horno a 200º y metemos la fuente -retirando el film de cocina- a cocinarse. Para que el pollo esté bien hecho por dentro será preciso hornear durante unos 45 a 60 minutos dependiendo del tamaño de las tajadas. Es frecuente que los muslos queden un poco crudos en su interior por lo que os recomiendo comprobar si quedaron bien cocidos abriendo uno hasta que podáis hacerlo a ojo.
Para que quede homogéneo, es conveniente ir girando las piezas cada 10 minutos para que se hagan por igual, sobre todo teniendo en cuenta que la parte de arriba se va secando y tostando y la parte de abajo, como está sobre el vino y zumo de limón se va "cociendo". Al irlas girando quedará todo bien cocinado y dorado por igual.
Con qué acompañar los muslos de pollo asados en salsa de limón y vino
Cuando sacamos los muslos de pollo asados en salsa de limón y vino apenas queda salsa en la fuente, pero se puede hacer un poco más desglasando con un poquito más de vino y agua. Podéis acompañar estos muslos con una ensalada de tomates y aguacates o como esta vez, con unas patatas fritas paja.
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