Si buscamos un entrante o un buen plato para compartir de picoteo, las alitas siempre son una estupenda opción. Casi siempre triunfan y además de baratas, son muy sencillas de preparar. Yo voy a lo fácil y me evito la sartén usando el horno, como en esta receta de alitas de pollo asadas con salsa de mostaza y miel. ¡Hoy nos pringamos un poco los dedos!
El procedimiento es simple, primero se da una primera cocción a las alitas mientras hacemos la salsa, las embadurnamos con ella para que se terminen de asar y finalmente las servimos con lo que ha sobrado y el acompañamiento que más nos guste. Yo le doy un punto picante a la salsa para que no sea demasiado dulzona.
Ingredientes
- Alitas de pollo 500 g
- Pan rallado necesario
- Miel 30 ml
- Mostaza de Dijon 45 ml
- Salsa de tomate 30 ml
- Salsa de soja 15 ml
- Vinagre de Jerez 10 ml
- Harissa o pasta de chile (opcional) 5 g
- Agua
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta negra molida
- Sal
Cómo hacer alitas de pollo con salsa de mostaza y miel
- Tiempo total 35 m
- Elaboración 5 m
- Cocción 30 m
Precalentar el horno a 200ºC y preparar una fuente o bandeja. Separar las alitas de pollo en dos partes, quitar el exceso de grasa si fuera necesario, secar con papel de cocina y salpimentar. Rebozar ligeramente en pan rallado y disponer en la fuente. Hornear durante unos 20 minutos.
Mientras se asan, colocar la miel en un cazo pequeño con la mostaza, el tomate, la harissa o pasta de chile, la salsa de soja, el vinagre, un chorrito de agua y una pizca de pimienta. Calentar sin llevar a ebullición y dejar que espese un poco.
Sacar las alitas cuando se hayan dorado, pintar con la salsa y reservar lo que sobre. Volver a hornear durante unos 10-15 minutos más, hasta que las alitas estén bien cocinadas en su punto por ambos lados.
Con qué acompañar las alitas de pollo asadas
Serviremos las alitas de pollo asadas con salsa de mostaza y miel en una fuente para que cada comensal se sirva a su gusto, con la salsa o salsas en cuencos aparte. A mí me gusta añadir un poco de hierbas provenzales por encima y gajos de limón para agregar al gusto. Es un buen picoteo para empezar una comida a compartir entre cuatro personas, pero también sirve perfectamente como primer plato para dos. Piden patatas fritas de acompañamiento, pero no es mala idea sumar también una buena ensalada a la mesa.
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