Hoy quiero explicarte de manera muy sencilla cómo preparar unas estupendas croquetas de cocido, la más sabrosa receta de aprovechamiento para las sobras de este plato de legumbres, que hoy os vamos a enseñar.
En mi casa, cuando preparamos el cocido madrileño, o hacemos un puchero andaluz con sus garbanzos y su pringá, o cualquier otra receta similar como el cocido gallego, el maragato o el lebaniego, siempre echamos un poco más de carne, con la intención de que nos sobre, para poder hacer con ella estas deliciosas croquetas.
Preparar unas croquetas de cocido es una buena alternativa a otra receta de aprovechamiento clásica, la receta de ropa vieja, para dar salida a las sobras cárnicas de estos platos reconfortantes que tanto nos apetecen con la llegada de los primeros fríos.
Ahora que estás deseando hacer pucheros, potajes de legumbres y otros platos de cuchara para entonarte y vencer los primeros fríos, acuérdate de echar un poco más de carne a la olla y así tendrás aseguradas unas buenas croquetas llenas de sabor.
Aunque las croquetas de jamón, las croquetas de gambas, las croquetas de carne picada o las croquetas de pollo sean tus preferidas, no dejes de probar estas croquetas de puchero o de cocido, porque sin duda se convertirán en una de tus recetas favoritas para servir como aperitivo.
Picamos bien las carnes del cocido dejando los garbanzos y verduras para otras recetas. Picamos la cebolla muy fina, que rehogamos en una sartén con la mantequilla y un chorrito de aceite, dejándola a fuego lento hasta que esté bien blandita. Mientras, mezclamos la leche y el caldo y calentamos la mezcla en un cazo para tenerla bien caliente cuando nos haga falta. Ponemos las carnes -y si queréis añadirlo, también el huevo duro muy picado-, en la misma sartén con la cebolla y la mantequilla.
Incorporamos la harina y removemos para que se integre con las carnes y la mantequilla y lentamente, vamos añadiendo poco a poco la mezcla de leche y caldo que tenemos caliente. Según vamos agregando líquido, seguimos removiendo con una cuchara o unas varillas durante unos veinte o veinticinco minutos hasta que la pasta de croquetas tenga la consistencia que nos guste. Una buena medida de calcularlo es seguir hasta que al pasar la cuchara se haga un camino o la masa se despegue de las paredes.
Durante el proceso, probamos y rectificamos de sal y pimienta y si queremos, añadimos una pizca de nuez moscada. Cuando tengamos hecha la masa de croquetas, con textura de una bechamel espesita, la vertemos en una fuente amplia para que se pueda enfriar bien. Una vez fría, la metemos en la nevera dejando que repose al menos dos horas, o si queréis, de un día para otro.
Formamos las croquetas a la manera tradicional, pasándolas después por huevo y pan rallado. Una vez formadas, las freímos en aceite abundante, las escurrimos en papel absorbente y las llevamos a la mesa. Si no las vamos a freír en el momento, las conservamos en la nevera durante un máximo de dos o tres días o bien las congelamos para un uso posterior.
Con qué acompañar las croquetas de cocido o de puchero
Para acompañar la receta de croquetas de cocido o de puchero, puedes servir un cuenco con una salsa de tomate casera en la que ir mojando las croquetas, bocado a bocado, aunque están tan ricas, que realmente no es algo imprescindible.
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