El versátil y saludable calabacín tiene la virtud de poder degustarse de mil maneras -incluso en crudo-, y también se camufla en recetas dulces y saladas. En este caso empleamos la hortaliza para enriquecer unas mini albóndigas de pavo especiadas, un picoteo estupendo que también puede solucionarnos la cena, también si tenemos niños, y alternativa a las albóndigas de ternera.
Lavar el calabacín, desechar los extremos y quitar la piel, mejor si empleamos un pelaverduras, ya que así sale con facilidad y apenas nos llevaremos parte de su carne.
Rallar el calabacín en un cuenco, empleando un rallador fino. Rallar también la cebolleta y un trocito de jengibre pelado. Picar bien el diente de ajo e incorporarlo junto con el perejil. Añadir la carne picada y las especias. Salpimentar al gusto.
Empezar a mezclar todo e ir incorporando el pan rallado poco a poco, hasta conseguir una consistencia homogénea y maleable, no demasiado seca ni pegajosa.
Con las manos bien limpias o usando guantes, tomar pequeñas porciones de masa y formar las mini albóndigas, procurando que sean más o menos del mismo tamaño. Disponerlas en un plato o bandeja hasta el momento de cocinarlas.
Calentar un poco de aceite de oliva en una sartén antiadherente e ir cocinando las mini albóndigas en varias tandas, a fuego medio, removiendo bien para que se doren correctamente por todos los lados. Retirar y dejar sobre papel absorbente para escurrir el exceso de grasa.
Con qué acompañar las mini albóndigas
Las mini albóndigas de pavo especiadas con calabacín ofrecen muchas opciones a la hora de degustarlas. Son por ejemplo un estupendo aperitivo si las convertimos en mini pinchos, acompañadas de un variado de salsas para que cada comensal elija a su gusto. Pero también podemos emplearlas en platos más contundentes, guisos o sopas, o sencillamente repartirlas en raciones con una guarnición de patatas.
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