Si habéis estado en Marruecos, o habéis comido en algún restaurante marroquí de vuestra ciudad, probablemente habréis probado el plato estrella de su cocina, la pastela moruna de pollo también conocida con el nombre de pastilla o bastilla marroquí.
Es un peculiar pastel crujiente relleno de pollo, cebolla y almendras, con una mezcla de especias que nos ofrece sabores dulces y salados y diferentes texturas, que hace que este plato sea muy agradable para los comensales. Es una elaboración sencilla, aunque laboriosa que lleva su tiempo para conseguir un resultado delicioso y exótico.
Se elabora con pasta filo untada en mantequilla para conseguir un bonito color dorado y un exterior muy crujiente, y la presencia de especias como la canela, la pimienta, el pimentón y algunas hierbas aromáticas, hace de este plato un auténtico viaje para los sentidos. Un absoluto clásico de la cocina marroquí.
Limpiamos el pollo troceado, y lo ponemos en una cacerola amplia o en una cocotte, con el aceite de oliva. Sazonamos y encendemos el fuego a media potencia. Picamos las cebollas y las añadimos por encima, removiendo para que entren por los huecos. Incorporamos las especias indicadas, así como las hierbas aromáticas y dejamos que el pollo se cocine tapado hasta que quede tierno, aproximadamente durante 40 minutos.
Sacamos el pollo, retiramos los huesos y deshebramos la carne, cortándola en trocitos pequeños. Reservamos hasta que vayamos a formar la pastela. Reducimos la salsa de la cebolla que quedó en la cacerola y cuando baja de volumen, añadimos los huevos de uno en uno, removiendo bien para que se integren. Reservamos.
En una sartén, doramos las almendras vigilando para que no se quemen. Agregamos una cucharada de azúcar glas y espolvoreamos con canela. Las trituramos ligeramente y las reservamos. Ya tenemos los tres rellenos que lleva la pastela. Con estas cantidades, te saldrán dos pastelas de tamaño mediano.
Para formarlas, utilizamos una cazuela pequeña como molde para formar los pasteles. Pintamos con mantequilla tres hojas de pasta filo y las colocamos de una en una, cubriendo el fondo y desbordando por los bordes. Apretamos el fondo con la mano para que tome la forma de la cacerola y ponemos el relleno de cebolla y huevo. Sobre el relleno, ponemos el pollo deshebrado y terminamos con la picada de almendras.
Ahora, cerramos los bordes de pasta filo haciendo un paquete. Para cubrir el cierre que habrá quedado feo, ponemos otras dos hojas de pasta filo enmantecadas, cerrando hacia el otro lado y finalmente, terminamos con una hoja más para que el paquete quede bonito. Pintamos el exterior con más mantequilla y horneamos durante 20 a 30 minutos a 180ºC hasta que se dore en la zona central del horno. Dejamos templar y decoramos con azúcar glas, canela y unas almendras.
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Con qué acompañar la pastela moruna de pollo o pastilla marroquí
Para acompañar la receta de pastela moruna de pollo o pastilla marroquí os proponemos que continuéis con otros platos de la cocina magrebí, como este tajin de cordero que completará el menú, si empezáis sirviendo la pastela como entrante.
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