Ya sabéis que los platos en los que mezclamos carne con verduras, me gustan mucho. Así lo hicimos cuando os enseñé los filetes historiados con crujiente y ensalada para aunar todos los ingredientes de la cena en un solo plato. Hoy vuelvo a la carga con unos deliciosos tacos de solomillo de cerdo con alcachofas y salsa de queso que están para chuparse los dedos.
Podéis hacer esta receta con cualquier carne que os apetezca, tipo pechugas de pollo o de pavo, carne de ternera, o lomo de cerdo, pero si tenéis ganas de carne tierna y sin nada de grasa, probad estos tacos de solomillo de cerdo tal como os lo cuento. Me lo agradeceréis.
Cortamos las puntas del solomillo y las guardamos para otra receta, - por ejemplo para un plato de pasta o para preparar unos pinchitos de carne especiada - y el resto lo cortamos en medallones gruesos que después cortamos por la mitad.
Limpiamos bien las alcachofas, las frotamos con limón y las cocemos durante unos minutos hasta que estén tiernas. Después las escurrimos y las cortamos en cuartos Una vez cocidas, se pueden congelar y guardar para otra ocasión o como hoy, para servirnos de guarnición. También podemos utilizar -sobre todo si no es temporada-, las alcachofas congeladas o las que vienen ya cocidas en conserva.
Para hacer la salsa de queso, ponemos el agua y el vino blanco en un cazo y lo llevamos a ebullición. Añadimos los trozos de queso y dejamos que cueza unos minutos. Después trituramos hasta obtener una textura de salsa cremosa. Si es necesario, volvemos a poner al fuego para que esté bien fluida.
Hacemos los tacos de solomillo de cerdo a la plancha y montamos el plato, sirviendo 5 ó 6 trozos por persona, cubriendo ligeramente con la salsa de queso y poniendo una guarnición de tomate a la plancha y unas alcachofas, que freiremos para que queden bien crujientes.
Con qué acompañar los tacos de solomillo de cerdo con alcachofas y salsa de queso
Estos tacos de solomillo de cerdo con alcachofas y salsa de queso son estupendos para una cena rápida y completa. Al ser un plato variado, puede servir muy bien como plato único, resultando un menú completo si lo terminas con una buena pieza de fruta fresca.