El whisky es uno de los destilados más populares y comercializados del mundo. Típicamente británico, su consumo y elaboración trascendió las fronteras de Escocia e Irlanda para aterrizar luego en países como Canadá, Estados Unidos o Japón.
Base de la coctelería desde hace décadas, el whisky no deja de ser un destilado que se elabora a partir de cereales malteados, guardando cierta similitud en esa base con la cerveza. Sin embargo, ahí acaba el parentesco.
Ejemplos, marcas y diferencias hay cientos, por lo que englobar dentro de un mismo concepto a todos resulta casi imposible, tanto como catalogar cuál puede ser mejor o peor.
Lo que sí es cierto es que la coctelería lleva haciendo de ellos la base de algunos de los tragos más famosos de la historia como el Old Fashioned, el Whisky Sour o el Manhattan, tres de los cócteles más mundialmente replicados.
Sin embargo, más allá de ellos, el whisky demuestra una versatilidad para cocteleros profesionales y domésticos que pueden jugar con un destilado que se emparenta muy bien con los sabores amargos, con los toques cítricos y frutales, también con los regustos picantes y, por supuesto, con los perfiles salinos, haciendo de él un elemento primordial en la mixología.
Qué es el whisky
El whisky es una bebida alcohólica destilada que se obtiene a partir de la fermentación de granos como cebada, maíz, centeno o trigo. Aunque, lo más común, es que se trate de cebada, salvo en el caso de los whiskys norteamericanos, donde lo habitual es que sea a base de maíz.
Al contrario que otros destilados como el vodka o la ginebra, el whisky siempre se envejece en barricas de madera, lo que le confiere su distintiva riqueza y profundidad. Muchas de estas barricas, por cierto, se utilizaron previamente para contener vinos de Jerez, por lo que es muy habitual que estas botas que custodiaron amontillados u olorosos luego acaben meciendo whiskies.
La palabra "whisky" proviene del término gaélico "uisge beatha" o "agua de vida", reflejando su venerado estatus en las culturas que lo producen. Su graduación alcohólica suele oscilar entre 40% y 50%, y su color puede variar desde el blanco y el dorado pálido hasta un ámbar oscuro.
Cómo se produce el whisky
Hay seis grandes etapas en su producción. Primero se maltea el cereal en cuestión, secándose luego y después se convierte en una especie de papilla que se fermenta y se destila. Por último, se envejece en las barricas que antes citábamos.
Grosso modo, estos son los procesos por los que normalmente pasan todos los whiskies. Luego cada destilería o productor puede cambiar a su antojo ciertos procesos, pero las esencias son las mismas.
- Malteado: Los granos, generalmente cebada, se remojan en agua y se dejan germinar. Este proceso convierte los almidones en azúcares fermentables.
- Secado: La cebada germinada se seca en un horno, a menudo utilizando turba para darle un sabor ahumado característico, especialmente en los whiskies escoceses.
- Molienda y maceración: Los granos secos se muelen y se mezclan con agua caliente para extraer los azúcares fermentables.
- Fermentación: El mosto resultante se fermenta con levadura, convirtiendo los azúcares en alcohol.
- Destilación: La mezcla fermentada se destila en alambiques de cobre para aumentar su concentración alcohólica.
- Envejecimiento: El whisky se envejece en barricas de madera, donde adquiere sabor, color y complejidad aromática.
Dónde se produce whisky
El whisky es, en origen, una bebida eminentemente europea cuyos orígenes están disputados en las Islas Británicas, siendo Irlanda quien reclaman la paternidad, pero, a su vez, siendo Escocia quien más fama mundial ha dado a este destilado.
Sea como fuere, también se aprecian diferencias, tanto en la forma de definirlos como en la producción, incluso en zonas del mismo país. De nuevo, a rasgos generales, el whisky se produce en estas zonas.
- Escocia: Famosa por sus whiskies de malta y blended. Sus regiones incluyen Highland, Lowland, Speyside, Islay y Campbeltown.
- Irlanda: Conocida por sus whiskies de triple destilación.
- Estados Unidos: Hogar del bourbon y el Tennessee whiskey.
- Japón: Destaca por sus whiskies de malta con influencia escocesa, habiendo, en ocasiones, superado a sus maestros.
También se produce whisky en otros países como Canadá, que también tiene cierta fama –no al nivel de los cuatro anteriores– y se elaboran whiskies en otras partes del mundo, incluyendo Francia, Italia, Alemania e incluso España. En la India, por la influencia británica, también se produce –y vende– muchísimo whisky.
Cuáles son las principales categorías del whisky
Puede ser bastante caótico entender de whiskies y de sus categorías. Especialmente si creemos que hay una escala de calidad que se mida por estas categorías. No es así, o no necesariamente, pero sí es cierto que hay ciertos estándares que, de por sí, avalarían a un whisky de mejor calidad.
Lo que vamos a enumerar a continuación es parte de esa nomenclatura de cómo entender lo que significa cada whisky o lo que nos cuenta en la etiqueta.
Whisky de Malta (Single Malt)
Elaborado con cebada malteada.
Se destila dos veces y siempre en la misma destilería.
Generalmente se envejece en barricas usadas de vinos de Jerez o de otros whiskies.
Principalmente producido en Escocia y Japón.
Whisky de Grano (Single Grain)
Puede incluir otros cereales además de cebada.
Se destila dos veces y siempre en la misma destilería.
También se suele envejecer en barricas usadas de vinos de Jerez o de otros whiskies.
Su área de producción está más extendida, pero igualmente es más frecuente en Escocia y Japón.
Blended Whisky
Mezcla de diferentes whiskies de malta y grano.
Puede provenir de la misma destilería o de distintas destilerías.
Suaviza y equilibra sabores.
Es la categoría más habitual y más comercializada del mundo.
Whisky irlandés.
La gran diferencia con el whisky escocés está en que se destila tres veces.
Sus sabores son algo más suaves y amables que los whiskies escoceses.
También puede haber ejemplos de single malt y de single grain en Irlanda.
Bourbon Whisky
Es un whisky que se elabora exclusivamente en Estados Unidos, principalmente en el estado de Kentucky.
Contiene, al menos, un 51% de maíz.
Se envejece normalmente en barricas de roble americano nuevo con grados de tostado muy alto.
Sus sabores suelen tender a matices más dulces, incluyendo notas de caramelo o vainilla.
Tennessee Whiskey
Similar al bourbon, pero filtrado a través de carbón de arce antes del envejecimiento.
Solo se puede producir en el estado de Tennessee.
Whisky canadiense
El estilo de producción es muy similar al de los whiskies de Estados Unidos.
Sin embargo, suele elaborarse con centeno o, al menos, llevar una parte de él.
Son whiskies normalmente blended.
Los mejores cócteles con whisky
El whisky es un destilado generalmente muy asociado al mundo de la coctelería. Tiene una gran cantidad de matices, un contenido alcohólico elevado y, además, es originario de los países donde se 'inventó' la coctelería moderna como son Estados Unidos y Reino Unido.
Por eso, la coctelería con whisky es especialmente prolija. Si bien es cierto que a niveles más básicos se suelen utilizar whiskies blended, más asequibles, no deja de ser verdad que cada vez los cocteleros recurran a whiskies más prémium en sus tragos.
No obstante, determinados whiskies suelen estar especialmente destinado a ser consumidos solos, con un poco de hielo o con agua mineral muy fría, que permite multiplicar sus aromas y gusto.
Old Fashioned
Ingredientes
- Bourbon 60 ml
- Sirope de azúcar 2 ml
- Angostura dos o tres gotas
- Ralladura de limón o de naranja
- Hielo
- Cereza confitada opcional 1
Cómo hacer el cóctel Old Fashioned
- Tiempo total 1 m
- Elaboración 1 m
Ponemos en el vaso un par de rocas y echamos 60 ml de bourbon, 7 ml de sirope de azúcar y dos o tres gotas de Angostura. Removemos durante 10 segundos y decoramos con un twist de naranja, limón o ambos. También es habitual coronar el cóctel con una cereza confitada.
Receta completa | Cóctel Old Fashioned
Whiskey Sour
- Ingredientes para 1 persona. 60 ml de bourbon, 22 ml de zumo de limón o lima, 22 ml de sirope de azúcar, 2 gotas de angostura y hielo.
- Elaboración. Lo primero que debes tener para preparar este cóctel, y muchos otros, es un sirope de azúcar simple, que se elabora mezclando dos partes de agua por una de azúcar. Solo hay que combinar los dos ingredientes en una olla, calentar el agua hasta que el azúcar se disuelva por completo y esperar. (Yo he elaborado en esta ocasión con un azúcar de caña oscuro, por eso el cóctel tiene tonos marrones, cuando lo normal, si lo preparas con azúcar blanco, es que sea tirando a amarillo. Pero está igual de bueno). Llenamos una coctelera de hielo y echamos todos los ingredientes. Cerramos y agitamos vigorosamente durante 15 o 20 segundos. Servimos en un vaso ancho, con o sin hielo, y decoramos con un twist de limón o lima y, si tenemos, una cereza macerada en licor.
Receta completa | Whiskey Sour
Cóctel Manhattan
- Ingredientes para 1 persona. 45 ml de whisky, 15 ml de vermut rojo, 2 golpes de angostura, 1 cereza marrasquino para decorar y hielo.
- Elaboración. Se ponen tres hielos en la copa donde se vaya a servir y se mueven para enfriarla. Se ponen todos los ingredientes menos la cereza en una coctelera junto con cuatro hielos. Se mezcla con una cucharilla de coctelería durante 15 segundos. Desechamos los hielos del vaso y colamos los hielos de la coctelera. Por último, servimos en copa de martini y decoramos con la cereza.
Receta completa | Cóctel Manhattan
Café irlandés
- Ingredientes para 1 personas. 2-2,5 partes de whisky irlandés, 4 partes de café filtrado, 1-2 cucharadas de azúcar blanco o moreno y aproximadamente 50 ml de nata o crema batida semimontada.
- Elaboración. Se puede preparar en dos o tres capas, siendo la primera la más genuina. Para ello, se templa el vaso con agua caliente, se prepara un café de filtro o tipo americano, y se combina con el whisky y el azúcar, removiendo bien hasta su disolución. Esta mezcla se lleva al vaso, previamente vaciado. A continuación hay que montar la nata dejándola con textura de crema batida, muy melosa, sin burbujas de aire visibles y siempre sin formar picos. La clave está en poder verter la nata poco a poco, con la ayuda del dorso de una cucharilla, para lograr esa cobertura sedosa que imita la espuma de una cerveza negra. Otra opción es disolver el azúcar primero en un poco de agua caliente, creando un almíbar, o calentarlo directamente en el whisky y/o café, aunque es un paso muy prescindible. Sí es hoy más común montar el cóctel en tres capas: primero un fondo de alcohol con azúcar, después se echa el café, y se termina con la nata.
Receta completa | Café irlandés
Cóctel penicillin
- Ingredientes para 1 persona. 50 ml de whisky, 30 ml de zumo de limón, 20 ml de almíbar de jengibre y 25 ml de agua miel.
- Elaboración. Como ocurre con la mayoría de cócteles, todo pasa por introducir los ingredientes -bien pesados y medidos- en en vaso de una coctelera, cerrar y agitar. Así de sencillo. Aunque en este caso hemos encendido los fogones para preparar dos de los ingredientes necesarios: almíbar de jengibre y aguamiel. Nada complicado, lo vais a comprobar en un segundo. Para el agua miel solo tenemos que introducir la misma cantidad de agua que de miel en un cacito y darle un hervor a fuego medio de un par de minutos. Lo dejáis enfriar y listo para usar. Se puede guardar en un tarro -mejor en nevera- y dura años en buen estado. Para el almíbar de jengibre hacemos algo muy parecido. Calentamos 100 ml de agua, 50 g de azúcar y un trocito de jengibre troceado (no hace falta pelar). Cocemos a fuego medio durante un par de minutos, lo dejamos enfriar, lo colamos y listo para usar. También dura mucho tiempo si lo guardamos en la nevera.
Receta completa | Cóctel penicillin
Imágenes | DAP / iStock / Restaurante Leña
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