El pepino nunca ha estado en mi lista de vegetales favoritos. Mi madre solía añadirlo a la ensalada pero yo se lo dejaba a mi hermano, me parecía algo soso y sin gracia. Eso fue hasta que descubrí lo riquísimo que está según el corte, y esa es una de las claves de esta ensalada de pepino, ligera y muy refrescante.
Me gusta el pepino firme rallado, como en la salsa tzatziki, o en rodajitas muy finas. Descubrí en Suiza que gana mucho con una salsa láctea que tenga un punto ácido y muchas hierbas, preferiblemente eneldo. Si os gusta el cilantro, también le va de maravilla.
Para esta ensalada solo hay que acordarse de empezar una media hora antes para dejar el pepino escurriendo el agua que suelta. Lavar y secar bien, cortar las puntas y cortar en rodajas muy finas, de apenas unos milímetros de grosor. Recomiendo usar una mandolina o un buen cuchillo con calma.
Colocar el pepino cortado en un colador sobre un recipiente, añadir una buena pizca de sal, remover con suavidad y dejar como mínimo 30 minutos, dándole unas vueltas de vez en cuando. Habrá soltado agua; presionar con suavidad con papel de cocinar para escurrir aún más líquido. Llevar a una fuente.
Picar muy fino el medio diente de ajo sin el germen. Lavar el limón y rallar una parte de su piel fina sobre el pepino, sin llegar a lo blanco. Lavar un puñado de eneldo y perejil y picar muy bien a cuchillo.
Batir en un cuenco la mayonesa con el queso fresco o yogur (o una combinación), agregar el vinagre, un chorrito de zumo de limón, el aceite de oliva y un golpe de pimienta negra.
Echar todo sobre el pepino y mezclar suavemente hasta que quede una ensalada cremosa de salsa homogénea. Agregar alcaparras al gusto y una pizca más de sal, si fuera necesario.
Al trasladar a una ensaladera o cuencos de servir se habrá acumulado salsa en el fondo de la fuente; podemos llevarla a una salsera o pequeño recipiente para que cada comensal se añada más a su gusto.
Con qué acompañar la ensalada de pepino
Esta ensalada cremosa de pepino está mucho más rica servida fría, así que podemos dejarla reposar en la nevera antes de servir, mezclando luego con suavidad. Es muy ligera y sienta de maravilla como primer plato para almorzar o cenar, sobre todo si hace un día muy caluroso. Recomiendo tomarla con algo de buen pan para recoger los jugos del aliño.
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