He pasado todos los veranos de mi vida en la casa de campo de mi familia, rodeada de melonares, por lo que no concibo un verano sin esta fruta. Mi favorito es el piel de sapo y solía despreciar otras variedades, pero últimamente he descubierto sus posibilidades gastronómicas. Un buen ejemplo es esta refrescante ensalada de melón cantalupo con queso feta.
El cantalupo se distingue por su pequeño tamaño y su carne naranja, con un sabor dulzón peculiar. Para mi gusto es el melón perfecto para combinar en platos salados, sobre todo con quesos y frutos secos. Sirviéndolo en bolitas como parte de una ensalada conseguimos un sencillo efecto muy vistoso de lo más apetecible.
Partir el melón por la mitad y retirar las semillas. Sacar pequeñas esferas con un sacabolas, o cortar en cubos del tamaño de un bocado.
Lavar la rúcula y los canónigos en caso de que hiciera falta, escurriéndolos bien. Mezclar y disponer en una fuente. Agregar el melón, las aceitunas negras laminadas y el queso feta cortado en cubos pequeños. Rallar la piel de la lima por encima.
Salpimentar ligeramente y añadir unas hojas de albahaca fresca picadas. Aliñar al gusto con el zumo de lima, el aceite de oliva y vinagre. El dulzón del balsámico le va muy bien, aunque también resulta adecuado un vinagre más suave como el de manzana.
Con qué acompañar la ensalada de melón
La ensalada de melón cantalupo con queso feta y lima es muy ligera y refrescante, perfecta para empezar un almuerzo o para servir en una cena ligera. Podríamos añadir también un poco de sandía para crear un bonito contraste de colores y potenciar el frescor.