Las ensaladas de quinoa son estupendas si nos apetece un plato más templado o para servir reposada un poco frío. Así, esta receta de ensalada de quinoa con espárragos y fresas puede ser un plato vegano muy saciante o servir también como acompañamiento a un menú más completo.
La quinoa es una buena base para platos templados de este tipo, aunque podemos emplear en su lugar cuscús, arroz o algún otro cereal en grano. Las habas frescas son deliciosas en crudo si son muy tiernas, pero también tenemos la opción de escaldarlas ligeramente antes de usarlas y de emplearlas congeladas.
Preparar la quinoa según las instrucciones del paquete, lavándola bien primero. Reservar. Lavar bien los espárragos, los rabanitos y los fresones; cortar los extremos más gruesos de los espárragos y los rabitos de los otros vegetales.
Cortar los espárragos en 2-3 partes y cocer en agua hirviendo unos pocos minutos, procurando que no se reblandezcan demasiado. Laminar muy fino los rabanitos y los fresones. Extraer las habas de sus vainas y escaldarlas ligeramente si se desea.
Salpimentar la quinoa y mezclar con un poco de perejil picado y aceite de oliva virgen extra. Repartir en platos o fuentes. Mezclar el resto de ingredientes aliñándolos con aceite, sal, pimienta y ralladura de limón al gusto. Disponer sobre la quinoa.
Con qué acompañar la ensalada de quinoa
Esta ensalada de quinoa con espárragos y fresas puede degustarse templada o fría, aunque es mejor aliñarla en el momento de servir. Si nos gusta el picante se puede añadir un poco de guindilla picada o cambiar el perejil por cilantro fresco. A modo de plato único podemos completarla con fruta y un puñado de frutos secos, tomar un yogur -lácteo o vegetal- o utilizarla como guarnición de una proteína vegetal, carne o pescado.