Sin dudas, es un de mis platos de pasta favorito. O por lo menos, lo es hasta el momento. La salsa es cremosa y consistente pero no pesada. ¡Y de gran sabor!
Esta salsa cumple con varios requisitos; es fácil, rápida de preparar, se utiliza un único recipiente y por sobre todo, es saludable por su alto contenido de calcio.
El tahini es una pasta de semillas de sésamo y hace que la salsa quede cremosa, sin necesidad de añadir leche, mantequilla o nata. Lo podemos encontrar fácilmente en tiendas especializadas o hacerlo casero. Esta pasta es un ingrediente estrella en la cocina del medio oriente y es muy conocida en la actualidad por ser uno de los ingredientes principales del hummus, pero complementa muchas recetas más. La salsa tahini abre nuevos horizontes.
En un cuenco mezclar la salsa tahini con el aceite de oliva, zumo de limón, vinagre de manzana, mostaza dijon, jarabe de arce, agua y sal a gusto hasta tener una salsa integrada. Reservar.
Cocinar la pasta de preferencia siguiendo las instrucciones. Pasar por agua fría para detener el proceso de cocción.
Mezclar la pasta cocida, con los vegetales y la salsa para integrar los sabores. Servir con unas gotas de limón y pimienta negra recién molida (opcional).
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Con qué acompañar la pasta en salsa tahini
La pasta en salsa tahini trata de un plato completo y versátil ya que se puede comer frío, como si de tratara de una ensalada, tibio o caliente. Y que mejor que un rico pan de ajo o crackers integrales para tener una textura crujiente al comer.
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