No negaremos que una buena mayonesa es un suculento placer adictivo, capaz de crear algunos manjares como la imprescindible ensaladilla, tan apetecible en verano. Pero tampoco podemos obviar la cantidad de calorías que tiene, además de que el huevo crudo conviene evitarlo cuando más aprieta el calor.
Esta ensalada de patata y yogur griego no pretende ser una alternativa light, tiene el suficiente valor por sí misma como para reivindicarse como receta sencilla, rápida y muy apetecible, sobre todo en días calurosos. En la idea original utilizan patatas rojas pero lo mejor es buscar una variedad de patatas locales de temporada, de tamaño medio y piel fina, y, por supuesto, un buen yogur.
Lavar y secar las patatas y cortarlas por la mitad o en cuartos, dependiendo del tamaño. Lavar y secar también las hierbas y reservar.
Llenar una olla o cazuela con abundante agua y sal; llevar a ebullición y añadir las patatas enteras. Bajar el fuego cuando vuelva a romper a hervir para que no se cuezan a borbotones. Cocinar hasta que estén tiernas pero no muy blandas, que ofrezcan cierta resistencia al atraversarlas.
Escurrir y enjuaguar las patatas con agua fría con suavidad, dejando que escurran bien todo el agua. Sin esperar a que se enfríen del todo, preparar el resto de ingredientes.
Picar las hierbas a cuchillo, incluyendo los tallos, y también las aceitunas sin hueso. Mezclarlos con el yogur griego, el aceite, la mostaza y ralladura de limón. Añadir un buen golpe de pimienta negra y una buena pizca de sal. Mezclar con unas varillas y corregir el punto de los aderezos.
Mezclar esta salsa con las patatas añadiendo más hierbas y/o más aceitunas al gusto. Combinar con suavidad para no romperlas demasiado. Probar y corregir de sal, o añadir un poco más de aceite de oliva, incluso un toque de vinagre si se desea.
Con qué acompañar la ensalada de patata y yogur
Una simple pero sabrosa ensalada de patata y yogur como esta se puede adaptar a muchos menús diferentes. Podemos tomarla como primer plato o guarnición, o acompañando una barbacoa con más preparaciones y combinándola con otras ensaladas. Si queremos convertirla en un plato más completo por sí misma, podríamos añadir al plato unas sardinillas, anchoas o algunos huevos.