Cuando quiero que una ensalada sea un plato único bien nutritivo y saciante, sin dejar de ser saludable, recurro a recetas con una base de hidratos de carbono complejos que aporten esa saciedad y a la vez garantice una digestión ligera. Las ensaladas de pasta son una buena opción, pero tengo debilidad especial por las tipo tabulé con inspiración en las cocinas de Oriente Medio.
El tabulé libanés original, o tabbouleh, utiliza bulgur fino de base con una gran, gran cantidad de hierbas frescas, esencialmente perejil, si bien solemos prepararlos más del gusto europeo reduciendo su cantidad y añadiendo algún que otro ingrediente. Inspirado en el plato tradicional podemos hacer muchas variantes, pero el que más me gusta en verano es el tabulé de pepino y aguacate.
Esta receta además se hace con cuscús, mucho más fácil de encontrar en cualquier supermercado y que ya viene precocido, aunque podemos incluso usarlo en versión integral para añadir más fibra. El grano tan fino del cuscús queda delicioso con el aliño tan refrescante del plato, con zumo de pomelo además de buen aceite y vinagre, y su amargor casa de maravilla con el frescor del pepino y el toque dulzón del aguacate, que enriquece con sus grasas saludables.
Incluso los menos aficionados al pepino reconocen que pelado y cortado en cubitos pequeños, sin semillas, es de lo más refrescante en este tabulé, dando esa nota crujiente, pero os recomiendo usar pepino baby si preferís un sabor aún más suave y menos 'apepinado'. A veces añado apio picado o hinojo fresco, y me gusta combinar la ensalada con brotes de rúcula, canónigos y espinaca baby.
Es un plato estupendo para acompañar nuestro gazpacho favorito o para llevar a una barbacoa en familia o con amigos, y perfecta para un táper de picnic al aire libre.
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