Plato único con garbanzos en verano: se acabaron los guisos y potajes de cuchara, ahora los como así cada semana

Esta legumbre es una de las más agradecidas cuando suben las temperaturas

En mi casa se han comido lentejas guisadas todas las semanas, sin excepción. Ni la peor ola de calor del verano murciano impedía a mi madre ser fiel a una costumbre que yo he heredado, eso sí, adaptándola. No perdono las legumbres varios días a la semana, pero en esta época se acabaron los guisos, el típico potaje  y las sopas humeantes por una temporada. Los garbanzos son el mejor plato único si se acompañan bien también cuando suben las temperaturas.

Aunque me gusta dar variedad a los menús semanales jugando con diferentes variedades de lentejas y alubias, los garbanzos son el comodín más fiel y agradecido, la mejor legumbre de bote a la que recurrir en un apuro o cuando la vida se te hace bola. Nunca falta un tarro en mi despensa para preparar una comida saludable, completa y saciante sin tener que encender un fuego o montar un hummus para la cena.

Mi ensalada de garbanzos favorita lleva tomates, ventresca de atún o, mejor, bonito del norte en aceite de oliva, y algunos ingredientes sencillos más que suelen rodar por la despensa, de los que puedes añadir sin cocinar nada de nada. Cebolla morada o cebolleta cortada en juliana fina, unas aceitunas o encurtidos, rabanitos, y apio forman un equipo infalible perfecto para completar el plato.

El resultado es una ensalada que funciona como plato único completo, rico en proteínas de alta calidad, grasas saludables, vitaminas y minerales, con los hidratos de carbono complejos del garbanzo que suman también fibra a la que ya aportan las hortalizas. Al ir estas en crudo es una comida muy refrescante, con ese toque crujiente tan agradable que tan bien sienta los días de más calor.

Fría o a temperatura ambiente si es un día más agradable sin tantos calores, esta receta se prepara en pocos minutos y puedes echar el aliño al momento, dejando que todos los sabores se potencien al marinar los ingredientes unas horas; de esta manera, además, los vegetales se suavizan un poco. Es ideal para hacer una buena cantidad durante el fin de semana y tener tápers listos para llevar al trabajo, comer en la piscina o tomar en casa a la hora de la cena.

Con la base de garbanzos de bote -o cocidos caseros- y el atún o bonito, puedo ir variando los demás ingredientes sobre la marcha y así variar el plato cada semana sin aburrirme. A veces hasta hago una versión vegana usando tofu, o vegetariana con algún queso fresco y/o huevo cocido. No me apetecen platos de cuchara contundentes en verano, pero no perdono las legumbres.

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