Si llegas con tanto apuro como hambre a la hora de la cena, no pienses en tirar de precocinados o pedidos a domicilio y opta mejor por preparar un plato que te nutra de verdad. Puede dar pereza al pensarlo de puro cansancio acumulado, pero los beneficios de invertir unos minutos en cocinar una cena saludable superan con creces al esfuerzo. Además, si tenemos huevos en la nevera, la cena casi está hecha sola.
Nuestros hábitos de horarios y comidas más mediterráneos se alejan del patrón anglosajón que aún ve raro tomar huevos para cenar, ya que prefieren ingerirlos en el desayuno, pero ambas opciones son igual de válidas y beneficiosas. El huevo, despojado de los falsos mitos que durante demasiado tiempo limitaban su consumo, es un alimento fabuloso, rico en proteínas de alta calidad, grasas saludables, vitaminas y minerales esenciales, fácil de digerir en casi todas sus preparaciones, saciante y apto para todos los niveles de cocina. Salvo que seas alérgico o vegano, claro.
No en vano el huevo es recomendado por expertos y nutricionistas al plantear maneras de tomar más proteínas o de sugerir ideas sanas de cenas rápidas. Con unos 11 g de proteínas por unidad, es una forma estupenda de quedarnos satisfechos en la cena sin digestiones pesadas y sin que nos asalte el hambre a medianoche, perfecto tanto para deportistas como para controlar el peso, ideal para niños y para personas mayores.
Tomarlos fritos no es la mejor opción, eso sí, mejor optar por elaboraciones sanas y que tengan algo más de gracia que un mero huevo cocido sin más. Una tortilla o frittata, sin necesidad de hacer la perfección de la tortilla francesa, admite muchas variantes y nos permite jugar con los ingredientes, sabores y nutrientes añadidos.
Si quieres aún más proteínas por la noche, porque quizá ya has tomado tus raciones a lo largo del día, una gran opción es la tortilla de atún, súper fácil de hacer y con pocos ingredientes. Si prefieres añadir algo de verdura, las tortillas también son estupendas para no quedarnos cortos en las raciones vegetales recomendadas; por ejemplo con una tortilla de espinacas o la versión mini de tortillitas de calabacín.
En menos de media hora tienes la cena resuelta. Y quedan de lujo como relleno de un bocadillo o coronando una rebanada de pan de hogaza a modo de tosta.
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