Supongo que no soy la única a la que se le acaban a veces las ideas a la hora de preparar la cena. Intento no repetir demasiado los platos pero a veces me falla la inspiración. Por eso, cuando mi hermana me explicó esta receta de tortilla de escarola me pareció una forma deliciosa de variar mi repertorio de tortillas, y así fue.
Nunca había usado la escarola para otra cosa que no fuera una ensalada, y me gustó tanto el resultado que repetiré esta receta a menudo. Aunque la escarola es un poco amarga en tortilla no se nota tanto este sabor, queda algo parecido al de los espárragos trigueros.
Empezamos lavando la escarola, la escurrimos bien (lo mejor es secarla con una centrifugadora) y la troceamos menuda. Ponemos un poco de aceite en una sartén antiadherente al fuego y sofreímos un poco la cebolla muy picada, a fuego lento.
Añadimos la escarola y salamos con precaución, pues esta verdura toma mucho la sal. Dejamos que se vaya haciendo a siempre a fuego medio. La escarola se reduce mucho con la cocción, no es necesario hacerla mucho. Debe quedar cocida, pero crujiente.
Batimos los huevos en un bol, escurrimos la escarola y la cebolla y las añadimos al bol, removiendo bien. Por último, sólo nos queda dar forma a la tortilla cuajándola en una sartén.
Con qué acompañar la tortilla de escarola
Os aconsejo servir esta receta de tortilla de escarola recién hecha, caliente es como está más buena. La serví con un tomate troceado y aliñado con aceite de oliva y sal y a mis hijos les gustó mucho. Sobre todo, acordaos de usar una sartén que sea antiadherente, si no el resultado no será tan presentable.