Solo tiene dos ingredientes y te puedes inventar tu propia receta: un plato clásico francés que no sabe de modas

Es un hors d'oeuvre típico de bistró que hoy los chefs reivindican con versiones más elaboradas

Huevos
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Su nombre en el francés suena elegante y sofisticado, ocultando que se trata en realidad de una elaboración sencillísima. Todo un clásico que podría pertenecer a la categoría de cocina viejuna, pero que ha vuelto a resurgir en forma de tendencia gracias a que las nuevas generaciones lo están redescubriendo. Son los oeufs mayonnaise, o, lo que es lo mismo, huevos con mayonesa. Tan simple como suena.

Su nombre es bastante auto explicativo: consiste en huevos cocidos cortados por la mitad cubiertos de salsa mayonesa. Un aperitivo básico antiguo pero que funciona a las mil maravillas, rico en umami, donde convergen sabores intensos en un festival de texturas gustosas a las que solo les falta un contrapunto crujiente para ser el bocado definitivo. Quizá suene redundante lo de servir un huevo con una salsa que ya lleva huevo, pero si algo nos ha demostrado la ensaladilla es que la mayonesa se lleva de maravilla con este producto cocinado en su punto.

Si ahora resurge como un plato de lujo a reivindicar es porque son muchos los chefs y aficionados que están dándole su toque creativo personal, ya que los huevos con mayonesa son algo como un lienzo en blanco. Hacerlos bien, en realidad, requiere su técnica y cuidar la materia prima; huevos frescos de gallinas bien alimentadas, una salsa mayonesa casera bien sedosa y la cocción al punto con su yema perfecta. A partir de ahí, se puede innovar elevando el bocado todo lo que a uno le apetezca.

Lo más "difícil", entre comillas, es cocer huevos bien para que los puedas pelar sin romperlos y que no se hayan pasado; queremos una yema de color naranja intenso y con su toque meloso, sin estar cruda. Prueba a cortar la cocción en un baño de agua fría con hielos y usa la mejor técnica para pelar huevos que te funcione. Y con la mayonesa ya lista, solo queda disponer los huevos, cortados en dos longitudinalmente, sobre una fuente, para coronarlos.

Puedes hacer variantes de la salsa con recetas como la mayonesa verde, la intensa mayonesa de bacon o la exótica mayonesa de curry. O simplemente añade mostaza, salsa de soja, unas hierbas frescas picadas al gusto, o gotas de salsa picante.

A la hora de servir, se puede poner una cucharada generosa de salsa encima de cada huevo, o se pueden servir del revés, boca abajo y cubriendo bien el plato con la mayonesa, menos práctico a la hora de repartir como aperitivo, pero ideal para un primer plato para comer con pan.

Finalmente quedan los aderezos o toppings; hay muchísimas opciones: cebolla frita crujiente, huevas o caviar -o sucedáneo-, hierbas frescas, semillas de sésamo tostadas, aceitunas o pepinillos picados, anchoas troceadas, guindilla fresca en rodajitas, katsuobushi, crujiente de jamón, unos brotes o germinados... échale imaginación.

Imagen | Cullen328

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