Los fines de semana no tenemos prisa por la mañana ni tenemos que bebernos el café corriendo para ir al trabajo o al colegio, y da gusto desayunar con más calma. Yo siempre disfruto mucho con los desayunos y por eso he querido hacer una sencilla receta casera para desayunar: estas tartaletas individuales de huevos con bacon que espero os sea útil para preparar en días festivos.
Lo bueno es que se hacen en un ratito en el horno sin manchar ningún cacharro y que si utilizáis un molde de muffins, las podéis hacer hasta de seis en seis, dependiendo de cuantos seáis en casa. La forma del molde determinará la forma de las tartaletas que seguro gustarán a todos para ocasiones especiales.
Ponemos una oblea de empanadilla en el fondo de cada molde para muffin. Cortamos un trozo a cada una de las 4 lonchas de bacon para forrar con ese trozo el fondo del molde cubierto por la empanadilla y los trozos largos los usamos para envolver el aro exterior de cada tartaleta.
Una vez colocado todo en los moldes los introducimos en el horno precalentado a 160ºC durante dos minutos, para que las lonchas de bacon estén algo crujientes. Abrimos el horno y en cada espacio ponemos un huevo de gallina al que quitamos un poco de clara para que no se desborde y una pizca de sal. Si lo preferís, también podéis utilizar huevos de codorniz.
Tras añadir el huevo, volvemos a meter en el horno y dejamos hasta que se cuaje la clara. Para economizar, podemos apagar el horno ya que los huevos se harán en unos minutos con el calor remanente. Una vez terminado, sacamos con cuidado sacamos las tartaletas del molde.
Es mejor utilizar moldes de silicona ya que ayudan a desmoldar estas tartaletas individuales de huevos con bacon sin que se nos rompan en la operación. Servimos en un plato junto a un buen café calentito mientras llamamos a la familia en voz alta: "¡¡¡A desayunaaaar!!!"
Con qué acompañar las tartaletas individuales de huevos con bacon
Estas tartaletas individuales de huevos con bacon son ideales para un desayuno de fin de semana o de vacaciones. Seguro que si las preparáis una vez, no dudaréis en repetir de vez en cuando porque además de muy ricas y muy cómodas de preparar, se hacen en muy poco tiempo. Para acompañarlas, nada mejor que un zumo o un poco de fruta fresca.
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Añade el espresso caliente, el Whisky y el azúcar a un vaso de vidrio templado y mezcla los ingredientes. Vierte la nata en una coctelera y deja que corra lentamente por el mango de una cuchara hasta la superficie de la bebida. Tómalo sin remover para que puedas apreciar el contraste entre la textura de la nata y la temperatura de la bebida caliente.