Las 376 mejores recetas de verduras y hortalizas de Directo al Paladar, de la A a la Z

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La alegría de las huertas llega hoy con este despliegue de cocina sana, saludable, sabrosa y asequible con la que coronarse. De la A a la Z; de la acelga a la zanahoria, pasando por el calabacín, el puerro, el pimiento, el tomate o las judías.

Un universo entre verduras y hortalizas a las que hemos destinado cientos de recetas desde nuestros inicios y de las que te traemos una selección de las mejores para que nunca falten de tu mesa. Opciones vegetarianas, opciones veganas y también opciones para aquellas personas que comen de todo.

Te traemos guisos, ensaladas, asados, hervidos, salteados, fritos, plancheados, gratinadas, en crudo, horneados, cocidos, y también te las traemos como protagonistas pero también como secundarias de un despliegue necesario.

Toda una batería de ideas y tentaciones para reenamorarse del mundo vegetal con las mejores recetas de verduras de Directo al Paladar, condensadas en este centenar largo de sugerencias.

Nuestras 10 recetas favoritas de verduras

Sois muchos los que habéis entrado en nuestro site alguna vez a comprobar cuál es la receta del pisto de verduras y sus versiones, del ratatouille, del tian, del gazpacho, de la escalivada o de la menestra de verduras. Platos fundamentales para entender la cocina verde que bien merecen no salirse del recetario habitual.

Ingredientes

Para 4 personas
  • Dientes de ajo 2
  • Cebolla 250 g
  • Pimiento verde italiano 200 g
  • Pimiento rojo 200 g
  • Tomate 4
  • Calabacín 300 g
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Aceite de oliva virgen extra

Cómo hacer pisto manchego

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 2 h 5 m
  • Elaboración 20 m
  • Cocción 1 h 45 m

Calentamos agua en una cacerola amplia y la llevamos a ebullición. Retiramos la parte dura de los tomates y practicamos un corte de cruz en la base. Los introducimos en el agua hirviendo durante unos 15-20 segundos, los sacamos y los introducimos en un cuenco de agua helada. Los pelamos y trituramos.

Pelamos los dientes de ajo y la cebolla y los picamos finamente. Lavamos bien el resto de las verduras y las cortamos en pequeños trozos de igual tamaño. Las reservamos separadas unas de otras pues las iremos añadiendo a la cazuela en distintas fases.

Calentamos una cantidad generosa de aceite de oliva virgen extra en una cazuela y pochamos el ajo y la cebolla picados durante 15 minutos a fuego suave. Añadimos el pimiento picado y pochamos 15 minutos más. Por último incorporamos el calabacín y el tomate triturado, salpimentamos al gusto, tapamos y dejamos pochar durante un mínimo de una hora y media.

Transcurrido este tiempo, retiramos la tapadera de la cazuela, subimos un poco el fuego y cocemos durante 15 minutos más o hasta que el agua del tomate se haya evaporado. Queremos que nos quede jugoso, pero sin restos del agua que sueltan las verduras, con todos los ingredientes bien amalgamados. una vez conseguida esta consistencia, servimos inmediatamente.

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Receta | Pisto manchego

Acelga

La tenemos en casa en forma de conserva pero también es muy tentadora cuando llega fresca, con unas crujientes pencas que piden todo tipo de preparaciones. Accesibles, cargadas de fibra y más versátiles de lo que parecen, las acelgas son una de esas verduras de hoja verde que forma parte importantísima del fondo de armario de los recetarios.

Ajo

Estamos acostumbrados a que sea el convidado de piedra de nuestra cocina. Poco pero presente, el ajo es fundamental en la cocina española. Raro es encontrar una receta que no le lleve en mayor o menor medida. Aún así sea ajo morado, ajo blanco, ajo negro o ajetes (el ajo tierno) siempre tendrá cabida en nuestros fogones.

Alcachofa

Una tentación que llega a la cocina en dos momentos: invierno y primavera, y que bajo su dura coraza esconde un corazón tierno, jugoso y ligeramente acidulado que nos encanta para todo tipo de preparaciones. Las alcachofas son perfectas para el horno, a la plancha, a la brasa o, cómo no, en guisos, sopas y menestras.

Apio

La fama le ha llegado tradicionalmente por su concurso en los caldos, pero el apio por sí solo también merece importancia, sobre todo servido a modo de crudité. Es cierto que no todos los paladares agradecen su intenso sabor, pero no se le puede negar el carácter que tiene.

Batata y boniato

No llevan tanto tiempo en nuestras vidas, pero las batatas (o boniato), primos lejanos de la patata, han conseguido hacerse un hueco en nuestra cocina al ritmo de su dulzor. Asadas, fritas en chips o en bastones o convertida en crema es una tentación difícilmente resistible.

Berenjena

Poco tenemos que decir de la berenjena, una de nuestras hortalizas más queridas y más versátiles. Sabrosa como pocas, su carne tierna agradece muchísimo ser utilizada en lasañas, mousakas o, si nos damos un caprichito, en fritos que a todos encantan.

Brócoli

Uno de los grandes denostados de la familia de las crucíferas, el brócoli no es un mal ingrediente, pero si lo maltratamos con sobrecocciones perderá su encanto. Perfecto al vapor, en crema, en salteados o ligeramente horneado, darle una oportunidad es fácil, barato y nos hará cambiar de opinión.

Calabacín

Imposible no resistirse a los encantos del calabacín, uno de los reyes de la huerta del verano, al que se le puede distribuir en todo lo que no se nos ocurra. Es agradecido lo planteemos como lo planteemos, desde entrantes a principales, y su dulzura y textura son siempre bien recibidas.

Calabaza

El naranja del otoño se cuela en las cocinas cuando la calabaza hace acto de aparición. Otra 'golosina' natural a la que le podemos dar un montón de salidas con nuestras recetas de calabaza. Va bien en sopas, guisos y cremas, pero no se queda corta si la asamos, horneamos o tostamos, siendo muy buena amiga de ingredientes ligeramente ácidos como cítricos o especias como el jengibre.

Cardo, borraja y grelos

Son distintas entre sí —mucho—, pero son protagonistas de dos inviernos distintos. Las dos primeras (borraja y cardo) se acunan en la ribera del Ebro durante los meses más fríos; el tercero (grelos y nabizas) hace lo propio en tierras gallegas. Tres tesoros no tan conocidos en el resto de España que bien merecen ser reivindicados.

Coles, berzas, lombardas y repollos

Reinas de las verduras de invierno, fundamentales en los cocidos, forman parte del club de las crucíferas que tantos éxitos gastronómicos nos dan. Sin embargo, más allá de cocerlos con un poco de agua podemos descubrir un mundo aparte en el que, por supuesto, caben también los fermentados.

Coliflor

La mejor amiga de la salsa bechamel y protagonista de gratinados de queso que nos trasladan a la infancia. Amén de eso, la coliflor —que no nos espante su olor, porque tiene solución en la cocción— aporta textura crocante, jugosidad y mucho, mucho sabor, a cualquier plato y preparación.

Cebolla

¿Podríamos cocinar sin cebolla? Junto a ajo y pimiento forma parte de la trinidad iniciadora de cualquier sofrito, pero no se queda atrás. Da crujiente, picante y textura allá donde va y su dulzor la hace ideal para cualquier arreglo, desde una tortilla de patatas hasta una espléndida sopa de cebolla.

Endivias

La más tierna, crujiente y amarga protagonista de la huerta es una oda al mundo verde y fresco. Cierto que ese amargor no cautiva a todos por igual, pero para el que le gusta, se convierte en devoción de una forma fácil y ligera para disfrutar de las endivias.

Espárragos

Blancos, trigueros y salvajes, los espárragos son otro de los tesoros con los que la primavera nos sorprende y que permiten decenas de recetas distintas. Sutiles, con un punto crujiente y con una mezcla de acidez y dulzor característica, su versatilidad les permite ser protagonistas o compañeros a partes iguales.

Espinacas

¡ Otra de esas verduras de hoja verde que espera con paciencia en las alacenas en conserva, aunque su versión fresca resulta mucho más tentadora. Ligera, con un punto amable de amargor, perfecta para cocidos, refritos, cremas, guisos, sopas o quiches, su participación es sencilla, bien recibida y siempre apetecible.

Guisantes

Reyes de la primavera cuando llegan en forma de lágrima, los guisantes también ocupan espacios privilegiados de las despensas. Sin embargo, en fresco se convierten en un tesoro que la alta cocina valora muchísimo, mimándolos y dejando que su sabor casi explote en la boca. Las opciones, cientos.

Habas

De invierno a primavera se suceden estas crocantes vainas en los mercados, guardando en su interior las preciadas habas. Con las vainas, magníficos caldos y salteados, con las tiernas habas, lo que queramos, sobre todo si apostamos también por emparejarlas con la finura del guisante.

Hinojo

Italia nos saca siglos de ventaja en el tratamiento del hinojo, pero podemos alcanzarles. Aromático, anisado, ligeramente dulce y muy versátil, es perfecto para perfumar pero también para disfrutar asado en finas láminas o para comer sus tallos finamente salteados.

Judías verdes

Junto la espinaca y la acelga, las judías verdes forman el bastión verde de los tarros de conservas de la despensa. Planas y redondas, en fresco se convierten en crocantes, jugosas y divertidas propuestas que admiten todo tipo de preparaciones pero mejor sin que las expongamos a sobrecocciones.

Lechuga, escarola y rúcula

Romanas, iceberg, hoja de roble para representar a buena parte del mundo de la lechuga; escarola y rúcula, con su acidez y textura, por otro carril, pero todas ellas parte fundamental de ensaladas donde tienen mucho que decir y, si sigues leyendo, con alguna receta sorprendente más entre hojas y cogollos.

Nabo, apionabo y chirivía

Estos tres integrantes no son lo mismo, pero sus sabores terrosos y ligeramente dulces son parecidos y nos sirven para representar las bendiciones de las raíces engrosadas. Jugosos, muy amables en cocina y con un montón de salidas, su historia se fragua entre caldos, cremas, asados o fritos.

Patatas

¿Hace falta presentación? La gran reina del baile de la huerta y un producto que tenemos la suerte de que sea abundante. Las recetas con patata, infinitas, y su apreciación culinaria, más infinita —si eso es posible— todavía. Un lujo sea patata vieja o patata nueva que no puedes dejar de tener a mano.

Pepino

Más allá del mundo de las ensaladas, el pepino aporta frescor, un toque crujiente y una gran cantidad de agua que podemos aprovechar culinariamente en preparaciones frías donde siempre apetece, dando un toque muy mediterráneo a cada plato con estas recetas de pepino.

Pimientos

Tampoco necesitan presentación los pimientos. Verdes, rojos, amarillos, lamuyos, italianos, palermo, de Herbón... Un regalo de origen americano que es fundamental en nuestra cocina y que sirve de base en cualquier sofrito y también, como verás a continuación, como protagonista.

Puerro

No hace ruido pero siempre está ahí. Sin puerro no sabríamos qué hacer en muchos de los fondos y caldos de nuestras cocinas, pero no se conforma con ser el consorte de nuestras recetas. Tiene recorrido, y mucho, para demostrar que hay una vida más allá del caldo y de la crema.

Rábano

Picante, crocante y chispeante, estamos delante del gran 'ante' de la huerta. Perfecto en ensaladas y en preparaciones frías, su sabor no deja indiferente a nadie y supone una magnífica forma de aportar textura a cualquier receta de forma sencilla. El rábano, siempre presente.

Remolacha

La reina roja de la cocina, fundamental en la cocina de Centroeuropa y de Europa del Este y, cada vez, más importante en nuestra cocina. La remolacha es jugosa, dulce y ligeramente terrosa, su participación en sopas, caldos y asados es imprescindible en gastronomías donde además aporta su poderoso color.

Tomate

¿Cómo no te voy a querer? Príncipe del verano, aunque ahora presente todo el año, el tomate nos salva de apuros día sí y día también y, si lo tratamos bien, tenemos un producto de primera con el que triunfar siempre. Salsas, ensaladas, asados, salteados, en crudo, braseados... ¡hasta fritos!

Zanahoria

Cerramos el recorrido por la huerta con una imprescindible de bresas, caldos, cremas, cocidos y prácticamente cualquier receta. En crudo es genial, pero no se queda atrás su uso dentro de nuestras cocinas, donde le va bien el asado, el frito, la plancha, el salteado o convertirse en salsas, cremas, purés o todo lo que queramos proponer. Todo ello sin olvidar nuestro recorrido por la cocina dulce.

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