Algo que disfruto hacer cuando viajo por España es descubrir las variedades de legumbres típicas de la zona, con los platos tradicionales tan característicos de los pueblos. En mi última visita a Cantabria no pude evitar traerme una alubia roja típica de allí, los caricos, que casi nos recuerdan a las azukis. Esta receta de caricos estofados en olla exprés se han convertido en una de mis favoritas cuando llega el frío.
En seco el carico es muy oscuro y casi redondo, y ya cocinado es una legumbre muy sabrosa y de textura muy agradable. Proporciona un caldo con cuerpo que se enriquece al triturar las verduras en esta receta, que yo prefiero aligerar sin añadir chorizo ni similares, aunque por supuesto se podría incorporar. También se puede preparar a la manera tradicional, alargando el tiempo de cocción.
Ingredientes
- Carico montañés o alubia roja pequeña 200 g
- Cebolleta 1
- Diente de ajo 1
- Pimiento verde italiano 1
- Zanahoria 1
- Aceite de oliva virgen extra 30 ml
- Pimentón dulce 2 g
- Comino molido 2 g
- Pimienta negra molida
- Sal
- Caldo de verduras o agua
Cómo hacer caricos estofados
- Tiempo total 50 m
- Elaboración 10 m
- Cocción 40 m
- Reposo 15 m
Lavar los caricos el día antes y dejar a remojo con abundante agua fría toda la noche. Lavar bien la zanahoria y el pimiento, y trocear en piezas grandes, desechando las semillas del pimiento. Pelar la cebolleta y el diente de ajo y trocear.
Disponer en la olla exprés los caricos, las verduras, las especias, el aceite y una pizquita de sal. Cubrir con agua, no demasiada, y cerrar bien. Calentar a temperatura alta hasta que la olla alcance la máxima presión interna, bajar y dejar cocinar entre 25-35 minutos.
Destapar con cuidado y comprobar el punto de los caricos. Sacar las verduras y triturarlas con un poco de caldo y algunas alubias, una pizca de sal y un poco más de pimentón. Añadirlas a la olla y mezclar bien, corrigiendo de sal. Servir con una cucharada de aceite de oliva virgen extra.
Con qué acompañar los caricos
Los caricos estofados son una alubia muy tierna, cremosa y de piel suave, por lo que no es una comida muy pesada. Acompañado de un buen pan es un plato vegetariano muy reconfortante para una comida de invierno que también encaja con temperaturas más cálidas antes del verano, refrescando el menú con una ensalada fresca y ligera.
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