Los champiñones, blancos o portobello, son el hongo comodín más versátil al que recurrir en la cocina en cualquier época del año. Se prestan a multitud de elaboraciones y son ideales para rellenar, pero cocinarlos a la plancha es quizá la forma más sencilla y deliciosa de disfrutarlos en pocos minutos.
En este caso nos interesa comprar champiñones de tamaño medio y siempre enteros, pues laminados no ofrecen en absoluto el mismo resultado. El único truco está en lavarlos y secarlos bien, y en emplear una buena sartén o plancha antiadherente muy caliente. En pocos minutos estarán listos y podemos tomarlos como aperitivo, entrante o guarnición, un bocado muy ligero. Para darles algo más de chicha, podemos hacer también unos ricos champiñones con jamón.
Retirar los tallos tirando con suavidad, para no romper el champiñón; si se giran un poco a la vez que se hace fuerza hacia fuera saldrán fácilmente. Guardar para otra elaboración y limpiar los sombreros con un paño húmedo, papel de cocina o directamente con agua, secándolos muy bien después.
Preparar la salsa del aliño picando un buen manojo de perejil fresco limpio y seco con 1-2 dientes de ajo, un poco de zumo de limón y/o ralladura, y aceite de oliva virgen extra. Podemos usar también nuestra salsa ajo perejil.
Calentar a fuego medio-fuerte una buena plancha o sartén antiadherente; cuando tenga buena temperatura pintar con aceite y poner los champiñones con el hueco hacia abajo, presionándolos un poco. Opcionalmente, pincerlarlos por arriba con más aceite (o pulverizar).
Cuando estén bien tostados por abajo, girar las piezas, salar ligeramente y cocinar unos pocos minutos más o hasta que estén al punto deseado. Servir en una fuente y repartir por encima la salsa, reservando una parte para añadir después al gusto de cada comensal.
Con qué acompañar los champiñones a la plancha
Servidos tal cual, en una fuente con su salsa, serán un estupendo primer plato o picoteo para compartir, si bien también podemos convertirlos en parte de una tosta o canapé, por ejemplo pinchando varias unidades sobre pan al estilo de la calle Laurel de Logroño; el montadito quería de fábula con unas gambas o unas buenas anchoas. Como setas que son, otra opción es emplearlos como guarnición de un pescado al horno o un asado de carne, huevos fritos o albóndigas veganas.
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