Si alguna verdura te parece sosa, aburrida o poco sabrosa, mi consejo siempre es el mismo: ásala en el horno. Algo tan simple suele hacer maravillas con los vegetales, regalándonos resultados especialmente memorables en el caso de las coles. Esta receta de col asada con vinagreta de pistachos, limón y parmesano bien lo demuestra, y con creces.
La inspiración me vino instantáneamente al encontrarme con esta propuesta, aunque la adapté un poco a mi gusto sobre la marcha. He usado col lisa pero podéis emplear alguna variante rizada, repollo o berza, incluso lombarda. Lo mejor es que tenga las hojas bien prietas, para mantener la forma de "gajos" sin romperse.
Precalentar el horno a 220º y preparar una bandeja, llanda o fuente. Yo prefiero forrarla con papel de aluminio para manchar menos. Retirar las posibles hojas externas más dañadas de la col, lavar y secar con suavidad. Cortar en "gajos" para obtener unas ocho piezas.
Disponer en la bandeja, salpimentar y regar con un par de cucharadas de aceite de oliva y una cucharada de vinagre balsámico, procurando que se embadurnen todas las caras. Asar durante unos 20-30 minutos, girando las piezas a mitad del tiempo. Hay que controlar bien, porque dependiendo del horno, el tipo de col y el tamaño de las piezas pueden tardar más o menos.
Mientras tanto preparar la vinagreta. Machacar o picar a cuchillo los pistachos y combinar con los demás ingredientes, añadiendo abundante queso recién rallado. Ajustar la cantidad de zumo de limón al gusto; lo mejor es ir probando sobre la marcha. Si estuviera muy fuerte, rebajar con agua. Batir bien para emulsionar.
Cuando la col esté bien asada, tierna por dentro y con las hojas externas tostadas, retirar y llevar a una fuente. Repartir parte de la salsa y perejil o cilantro fresco lavado y picado.
Con qué acompañar la col asada con vinagreta de pistachos, limón y parmesano
Podemos echar toda la vinagreta de pistachos sobre la col asada o servir la mitad en un cuenco aparte. Es un plato perfecto para tomar como guarnición de carnes o pescados, o incluso tomar como cena sin nada más. La col es saciante pero al asarla y con este aliño se digiere mucho mejor que si la tomáramos cocida. Las sobras, bien picadas, son un ingrediente estupendo para rellenar bocadillos, hamburguesas o coronar tostas.