La receta que os cuento hoy es una variación sobre una receta muy tradicional que en casa ha resultado todo un hallazgo. Y es que la crema de espinacas y roquefort con bechamel sigue siendo tan deliciosa como la que hacemos habitualmente, pero el toque de este queso francés le da el toque definitivo, por lo que es perfecta para cuando hagáis una cena en familia.
Para los que no os guste este queso, podéis adaptar la receta cambiándolo por otros quesos pero recordando que tienen que ser potentes porque si no apenas podrán aportar sabor a la bechamel que tapa bastante a los demás sabores. Ya veréis qué sorpresa os lleváis al probar la mezcla.
Nuestra receta comienza con la cocción de las espinacas. Ponemos agua abundante en una cacerola y las cocemos durante 5 minutos. Después escurrimos bien las espinacas y las dejamos sobre un colador para que suelten toda el agua. Podemos acelerar el proceso apretándolas contra el colador hasta que estén bien secas.
Cortamos en trocitos muy pequeños las espinacas mientras calentamos una sartén con la mantequilla. Rehogamos las espinacas un par de minutos hasta que toman un color brillante y añadimos la harina, removiendo para que se reparta por todas las hojas.
Vamos incorporando la leche que sea necesaria, (normalmente sobrará con un litro) en pequeñas cantidades hasta que tengamos una salsa bechamel a la manera tradicional, aunque nos quedará de color verde. Hasta ahora no hemos añadido sal ni en la cocción de las espinacas ni en la elaboración de la bechamel.
Cuando la crema de espinacas tiene el punto de espesor que nos guste, -- algo más ligera que una pasta de croquetas - añadimos el queso roquefort o el queso que hayamos elegido y dejamos que se funda mientras removemos. Es ahora el momento de probar de sal y rectificar si fuera necesario, en función de la potencia del queso elegido.
Apagamos el fuego y servimos en cuencos o fuentes individuales de barro, espolvoreamos con un poquito de queso rallado para gratinar o rematar con el soplete de cocina dando un aspecto más apetecible a cada ración.
Con qué acompañar la crema de espinacas y roquefort con bechamel
Esta crema de espinacas y roquefort con bechamel es una receta que me gusta mucho para cenar pues con una pequeña cantidad quedas muy saciado y reconfortado desde las primeras cucharadas. Por su precio económico y lo que cunde, es una opción muy recomendable para usarla como plato único en una cena en cualquier época del año. Para acompañarla, puedes preparar un postre ligero como una mousse de chocolate esponjosa y perfecta.