Desde niño siempre me gustó la receta de guisantes con jamón y con los años he ido perfeccionando la forma de prepararlos para conseguir un plato único, sabroso, lleno de color y además con gran efecto saciante. Hoy quiero enseñaros la mejor receta de guisantes con jamón para una cena ligera. El objetivo es que queden muy verdes, muy jugosos y ligeramente ligados entre sí.
El contraste del salado del jamón y la dulzura de los guisantes hacen que cada pinchada de este plato sea una delicia. Además, la textura "explosiva" de los guisantes al morderlos provoca un placer excepcional en esta receta que ligamos con una ligera velouté de su caldo de cocción, como cuando hicimos la mejor receta de judías verdes para entrante o guarnición.
La realidad es que para esta receta podemos utilizar guisantes tiernos, pero también guisantes congelados, pues para esta preparación donde los guisantes salteados son protagonistas no siempre necesitamos a los mejores ejemplares —aunque siempre quedará mejor con ellos—, sobre todo por ese regusto a guisante dulce que permanece en el plato.
Las claves de la receta son muy pocas, más allá de respetar el punto del guisante y de utilizar en la medida de lo posible ingredientes de cierta calidad, sobre todo en el caldo o en el jamón, que realzarán el conjunto y aportarán el toque salino necesario.
Ingredientes
- Guisantes 300 g
- Cebolla cortada en brunoise fino 100 g
- Jamón serrano en tacos 150 g
- Harina de trigo 10 g
Cómo hacer guisantes con jamón
- Tiempo total 15 m
- Cocción 15 m
Para hacer esta receta, comenzamos cortando la cebolla y picándola en brunoise con la técnica que os enseñé hace unos meses. Ponemos la cebolla a fuego lento en una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva. Mientras la cebolla se pocha, vamos cociendo los guisantes.
Si usáis guisantes frescos, será necesario tenerlos unos 8 minutos para que estén perfectos, verdes verdes y llenos de sabor. Si usáis congelados, serán necesarios unos 12 minutos de cocción y si utilizáis guisantes en conserva, ya los tenéis listos para los siguientes pasos.
Cuando la cebolla está transparente y comience a sudar, agregamos el jamón serrano muy picado -se agradecen los trocitos de tocino que aportan mucha jugosidad- y se rehogan con la cebolla. Se añade también una puntita de harina y un cucharón del agua de la cocción de los guisantes.
Se liga un poco esa salsa de cebolla, jamón y harina y se agregan los guisantes bien escurridos. Se mezcla el conjunto hasta que forma un cuerpo uniforme y se decora con una hojita de salvia o con otro brote aromático y se lleva a la mesa inmediatamente.
Con qué acompañar la receta de guisantes con jamón
Por ser un plato idóneo para una cena ligera, para mí el mejor acompañamiento para esta receta de guisantes con jamón es una pieza de fruta o un yogur. Además, debido al efecto saciante de esta legumbre, no necesitaréis más para disfrutarlos.
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