El día 17 de enero se celebra la festividad de San Antonio o San Antón Abad, muy popular por ser el protector de los animales. En los barrios y pueblos donde este santo tiene especial relevancia, llevan toda la semana preparando los festejos, por ejemplo con los típicos panecillos. Yo he querido acercarme un poco a esta celebración con la receta tradicional de olla de San Antonio o San Antón.
No conocía este plato hasta que leí sobre la receta en el libro 'La Cocina del Cielo', que recopila recetas tradicionales relacionadas con el mundo cristiano, especialmente de las órdenes religiosas. He comprobado que existen muchas versiones de este popular guiso, que en esencia es muy humilde pero resulta de lo más reconfortante para estos días de frío enero.
Lavar el trigo y ponerlo a remojo en agua limpia la noche anterior. Poner también los garbanzos a hidratar si se emplea la legumbre seca. Al día siguiente, enjuagar y escurrir bien. Poner una olla grande con agua a hervir y cocer el trigo hasta que esté tierno, alrededor de 1 hora o 1 hora y media. Cocer también los garbanzos si se usan secos.
Picar la ñora, retirando el pedúnculo y las semillas, y ponerla a hidratar. Picar la cebolla y pocharla en una olla con aceite de oliva. Añadir el trigo, los garbanzos y la patata troceada. Cubrir con agua y cocer 10 minutos. Añadir la calabaza y el nabo troceados con el laurel, salar ligeramente y cocer unos 15 minutos más.
Picar en un mortero o procesador de alimentos la ñora reservada con un poco de sal, 1 diente de ajo y pimienta al gusto. También se puede sofreír primero la ñora aparte. Añadir a la cazuela y corregir si fuera necesario el nivel de líquido. Dejar cocer unos 15 minutos más y corregir de sal. Dejar reposar un poco antes de servir.
Con qué acompañar la olla de San Antonio o San Antón
Si es posible, preparar la olla de San Antonio o San Antón la víspera o con algunas horas de antelación, ya que gana mucho en sabor cuando se han asentado los ingredientes y se vuelve a calentar. Esta receta tradicional es muy nutritiva, saciante y energética, por lo que es recomendable servirla como plato único, con un buen pan para acompañar, o si acaso una ensalada ligera de primer plato.
