Hoy quiero enseñaros una receta clásica, casi viejuna, ideal para acompañar vuestras mejores recetas de carne o de pescado. Se trata de las patatas mayordomo para guarnición, elaboradas con cebolla y leche, que os sorprenderán por su cremosidad.
Si soléis hacer guarniciones con patata cocida, patatas fritas o patatas al horno, esta receta os va a sorprender porque además de riquísimas, las patatas quedan con una cremosidad magnífica y gustan a todo el que las prueba.
Pelamos y lavamos las patatas, cortándolas en rodajas de medio centímetro. Cortamos la cebolla en juliana fina. Calentamos la mantequilla en una cacerola grande y doramos en ella la cebolla a fuego lento para que no se queme.
Cuando la cebolla empiece a tomar color, añadimos el perejil picado y un vaso de leche o de nata líquida. Removemos bien e incorporamos las patatas. Tras unos minutos, cuando el líquido empiece a hervir, añadimos sal y pimienta negra al gusto.
Cocemos durante unos treinta minutos a fuego medio bajo, dando la vuelta a las patatas cada 7 u 8 minutos. Así se cocinarán bien de forma homogénea, quedando bien tiernas. Finalmente, podemos subir el fuego a tope un par de minutos para que se tuesten un poquito.
Con qué acompañar las patatas mayordomo
Las patatas mayordomo son una excelente guarnición para recetas de carnes blancas, aves y pescados. Pruébalas la próxima vez que hagas pollo asado, o cuando prepares una lubina a la sal, o un trozo de carne asado en el horno y verás como las patatas toman protagonismo en la conversación de la mesa.
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