El curioso nombre de este, digamos, falso pan, tiene su origen en la sabrosa tradición de masas recias nórdicas, donde abundan las elaboraciones ricas en fibras, frutos secos y semillas. En este caso, sin embargo, estamos ante una masa sin cereales de ningún tipo y sin fermentos, por eso se dice que es un pan prehistórico que además encaja en la dieta keto, paleo y sin gluten. Puntillismos aparte, está buenísimo.
Solo te gustará, eso sí, en el caso de que te apasionan los frutos secos y las semillas, pues básicamente es de lo que está formada la masa, cuyo segundo gran componente es el huevo, que aglutina todos los ingredientes. Se trata de una fórmula ideada originalmente en el restaurante Kong Hans de Thomas Rode Andersen en Copenhague, buscando precisamente una masa que se ajustara a los principios de la dieta paleo.
Sin duda es un pan cargadísimo de nutrientes, muy rico en grasas saludables, proteínas y minerales, de alta densidad energética, del que en cualquier caso no hay que abusar de golpe. Al natural es ligeramente tierno pero se puede tostar para dejarlo crujiente y con un sabor que puede ser más agradable para muchos. Es perfecto para tomar con quesos y frutas, patés o mermeladas, y se puede congelar en raciones.
Precalentar el horno a 160ºC sin aire y forrar un molde rectangular tipo plumcake de tamaño medio. Batir ligeramente los huevos en un recipiente grande con el aceite.
Añadir todos los demás ingredientes y mezclar bien hasta tener una masa homogénea. Si estuviera muy seca, añadir 20 ml más de aceite. Verter en el molde igualando la superfcie y compactando con la espátula.
Hornear a media altura durante unos 55-60 minutos. Esperar a que se enfríe un poco antes de desmoldar con ayuda del papel y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Con qué acompañar el pan de la Edad de Piedra paleo
Al ser tan saciante y nutricionalmente denso, recomendamos cortar el pan en rebanadas finas o porciones pequeñas para tomarlo como picoteo entre horas si necesitamos una dosis extra de energía. También es perfecto para cargar las pilas en el desayuno o para complementar una rutina de entrenamiento, quizá mejor como alimento tras el ejercicio para evitar que nos siente mal en el estómago antes de la actividad física. Podemos usarlo como base de canapés o tomarlo en una tabla de quesos, con algo de mermelada o fruta fresca, patés o encurtidos.
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