Me suelen gustar más los panes rústicos, pero reconozco que las masas tiernas y algo dulces también me encantan. Me traen buenos recuerdos de la infancia, pues eran la merienda habitual que teníamos en casa en los días de colegio, aunque ahora me gustan más para desayunar. Esta receta de panecillos de leche, vainilla y cardamomo me lleva de nuevo a esa época.
Tienen un toque dulzón pero no es excesivo, por lo que son ideales para rellenar de lo que más nos guste, tanto dulce - por ejemplo con crema de chocolate - como salado - están riquísimos con queso y fiambre de pavo -. Además, congelan muy bien y son muy tiernos y suaves.
Calentar ligeramente la leche con la rama de vainilla abierta y las vainas de cardamomo machacadas. Apagar el fuego antes de que hierva y dejar enfriar. Disponer en un recipiente amplio la harina de fuerza y mezclarla con la levadura seca y la sal. Añadir la mantequilla troceada, el azúcar y la mitad de la leche. Empezar a mezclar, añadiendo más leche poco a poco, hasta que la masa sea suave, blanda pero no excesivamente pegajosa.
Amasar con energía durante unos 10-15 minutos, a mano o a máquina. La masa debe quedar homogénea, lisa, ligeramente húmeda, elástica y tierna. Dividir en unas 10-12 porciones iguales. Para ello, lo mejor es pesar la masa entera y dividir por el número de panecillos que queramos. Así podremos pesar cada porción para asegurarnos de que nos quedan del mismo tamaño.
Formar una pequeña bola con cada porción, disponer en una bandeja y tapar con plástico film. Dejar reposar 30 minutos. Amasar ligeramente cada unidad y formar panecillos alargados o pequeñas bolas. Colocarlos en una bandeja de pan o una bandeja de horno normal. Batir el huevo con la leche y pintar cada panecillo. Tapar con un paño húmedo y dejar levar unos 60-90 minutos.
Precalentar el horno a 220ºC. Practicar unos cortes finos si se desea con un cuchillo bien afilado. Volver a pintar con huevo y hornear unos 12-15 minutos, bajando la temperatura a 180ºC pasados los primeros 5. Tienen que quedar dorados por arriba y tiernos. Dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Con qué acompañar los panecillos de leche
Una vez fríos, podemos rellenar los panecillos de leche, vainilla y cardamomo con lo que más nos guste, o incluso disfrutarlos tal cual para la merienda o el desayuno. Se mantienen perfectamente tiernos durante un par de días y también están deliciosos ligeramente tostados, sobre todo para untar con mermelada.
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