El desayuno es la comida del día con la que más disfruto. Levantarme antes que nadie, prepararme un café con leche tamaño XXL y acompañarlo de una rebanada de pan mientras leo la prensa o un libro, es mi fórmula secreta para empezar la rutina diaria con las pilas puestas. Por eso estuve tan contenta cuando encontré esta receta de panecillos.
Creo que no hay nada como animarse a preparar el pan en casa. Es una lástima que no siempre dispongamos del tiempo suficiente para ello, pero vale la pena intentarlo pues los resultados son siempre gratificantes. A mis hijos les encanta llevarse estos panecillos al colegio, así que normalmente los preparo en cantidad suficiente para congelarlos y tenerlos siempre a mano.
Empezamos haciendo la esponja, para ello mezclamos la harina, el azúcar y la levadura en un cuenco grande y vamos incorporando el agua tibia hasta que quede todo bien impregnado. Removemos con una cuchara, tapamos con papel film y dejamos que fermente en un lugar templado, aproximadamente una hora.
Ponemos el agua, la leche y el aceite en un cuenco y calentamos ligeramente la mezcla. En un recipiente grande, ponemos la harina de fuerza y hacemos un hueco en el centro en el que vertemos los líquidos, removiéndolo todo con una cuchara.
A continuación, añadimos la esponja y lo amasamos todo bien, primero con la cuchara para integrarla y después con las manos, hasta conseguir una masa lisa. Formamos una bola y la dejamos fermentar hasta que doble su tamaño (unos 45 o 60 minutos).
Transcurrido este tiempo, desgasificamos la masa amasándola con las manos. Formamos un rollo y vamos cortando porciones de, aproximadamente, 120 o 130 gr. Damos forma de panecillo a cada porción y los vamos colocando en la bandeja donde después los hornearemos. Los dejamos fermentar hasta que doblen su volumen (1 hora o 1 hora y media).
Precalentamos el horno a 230 ºC. Practicamos un corte en cada panecillo con ayuda de un cuchillo afilado. Bajamos la temperatura del horno a 200 ºC y horneamos los panecillos unos 20 minutos. Los sacamos del horno y los dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
Con qué acompañar los panecillos para el desayuno
No tendréis ningún problema para acompañar esta receta de panecillos, están ricos tanto para el desayuno como para la merienda y con cualquier ingrediente, dulce o salado: mantequilla, mermelada, aceite, tomate, jamón, queso. Haced como yo, probadlos cada día un acompañamiento diferente.
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Os propongo prepararos un Mamaccino o cualquiera de estas otras modalidades de espresso a la italiana. Es sencillísimo. Lo único que tienes que hacer es echar en una taza un poco de cacao, una pizca de canela y otra de nuez moscada, que le dará un exótico toque picante. Vierte un espresso recién hecho en cualquiera de las cafeteras espresso automáticas de la gama Saeco de Philips, que te permiten disfrutar de todo el aroma del café recién molido en tu casa, y añade la leche caliente y espumada a tu gusto que conseguirás directamente de la cafetera. Ahora sí, a disfrutar de esos panecillos, ¿me dejas uno?