Pocas personas conocemos a las que no les guste la pizza, sobre todo si se trata de pizza casera. Mucho mejor, ni punto de comparación con ninguna otra. En casa las hacemos a menudo y utilizamos todo tipo de combinaciones de ingredientes, muchas veces aprovechando aquellos que tenemos en la nevera. Tal es el caso de esta pizza de chistorra y pollo, que está deliciosa.
Aseguráos que la chistorra es de buena calidad, más que nada por el tema grasa. Buscadlas en vuestras carnicerías de cabecera y pedid que sean magras, para que no suelte ni gota de grasa. Después abridlas y retirad las ternillas o posibles trozos de grasa para que la pizza de chistorra y pollo quede verdaderamente deliciosa.
Para hacer la masa mezclamos primero la harina con la semolina, el azúcar y la sal. Agregamos la levadura desmenuzada y poco a poco el aceite de oliva virgen extra y el agua. No añadiremos todo el agua de golpe, si no que iremos mezclando todo hasta que veamos que no necesita más, todo dependerá de la absorción de la harina.
La masa quedará blanda y elástica. Esta es una masa muy sencilla, no hace falta apenas amasarla, así que no os preocupéis por dejarla perfecta. Formamos una bola, la colocamos en un cuenco ligeramente engrasado y la dejamos reposar tapada durante una hora más o menos, o hasta que casi haya duplicado su volumen.
Pasamos a la mesa ligeramente enharinada y estiramos con el rodillo muy fina en forma circular. Si vemos que se encoje, esperaremos unos minutos para que se relaje y volvemos a estirarla suavemente. Calentamos el horno con calor solo abajo a máxima temperatura. En mi caso para este programa alcanza los 275º.
Ahora tenemos dos opciones, o bien hornear sobre bandeja o sobre papel o piedra, lo dejo a vuestra elección. Espolvoreamos la bandeja, en mi caso, con un poco de harina y semolina, colocamos la base de pizza encima y cortamos el borde sobrante. Pinchamos la base con un tenedor por todo el interior, así evitaremos que suba.
Echamos salsa de tomate a nuestro gusto, un poco de albahaca y por encima esparcimos la chistorra, el pollo y el muslo de pavo troceados. Agregamos la mozarella y los otros quesos en la cantidad deseada y espolvoreamos con un poco de orégano. Horneamos en el nivel 1, o sea en la posición de abajo del todo del horno, hasta que la base esté ligeramente dorada.
En mi horno a esta temperatura de 275º se hace muy rápido, en unos cinco minutos más o menos, así que estad atentos para no quemarla. Sacamos del horno, troceamos y consumimos al momento, eso sí, cuidado con las quemaduras.
Con qué acompañar la pizza, esta de chistorra y pollo
Como cualquier otra pizza, esta de chistorra y pollo no necesita ningún acompañamiento especial más que una ensalada si nos apetece, que es como suelo tomarla siempre. Lo ideal es tomarla recién hecha para que la masa se mantenga crujiente y los ingredientes calientes, así que calculad más o menos el tiempo de horneado para sacarla a la mesa y que podáis comerla en ese instante.