No sé si os habréis fijado, pero hacía ya más de dos semanas que no pisaba la cocina para preparar una receta. Entre la semana de vacaciones, los atracones y las cenas de todo tipo, cuando llegaba a casa lo último que me apetecía es tener que cocinar algo sin ganas de comérmelo.
Pero ahora que las fiestas han pasado y aprovechando que los Reyes Magos me han traído un libro de tartas tatin, he vuelto a entrar a la cocina para traeros esta receta de tarta tatin de tomate y mozzarella. Fácil, rápida, ligera y riquísima.
Ingredientes para 2 o 3 personas
250gr de masa de hojaldre, 400gr de tomate triturado, 200gr de mozzarella, 1 huevo, albahaca, orégano, aceite y sal.
Cómo hacer una tarta tatin de tomate y mozzarella
Me gustan mucho las recetas rápidas y fáciles de preparar y que a la vez dan un resultado tan vistoso como delicioso. La tarta tatin de tomate y mozzarella es un buen ejemplo de este tipo de recetas, porque se prepara en un santiamén.
Antes de preparar el hojaldre, ponemos el tomate triturado a freír en una sartén con un poco de aceite de oliva, una pizca de sal y abundante albahaca y orégano. Si las especies son frescas mejor que mejor, pero mis plantas no han resistido al invierno y mi falta de cuidados.
Mientras el tomate se convierte en salsa de tomate, estiramos la masa de hojaldre con la ayuda de un rodillo y un poco de harina. Luego la colocamos en una bandeja para horno protegida con papel de hornear y la pintamos con el huevo batido.
Cuando el tomate esté listo, lo repartimos bien encima de la masa, añadimos sobre éste la mozzarella cortada en rodajas y metemos la tarta tatin en el horno durante unos 15 minutos a 225º. Antes de servir podemos decorar con un poco de albahaca y orégano para darle el toque definitivo.
Tiempo de elaboración | 30 minutos
Dificultad | Fácil
Degustación
La tarta tatin de tomate y mozzarella es un bocado interesante. Recuerda en muchos aspectos a la pizza, pero la masa es mucho más ligera y crujiente, por lo que se aprecia más el sabor del tomate y la mozzarella. Conviene comerla nada más salir del horno, pues se enfría con facilidad y pierde parte de su atractivo.
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