Aprovecho que todavía se puede encender el horno sin morir en el intento para preparar uno de los panes dulces más ricos que he probado hasta la fecha: vatrushka. Una receta de origen ruso muy fácil que resulta ideal para perder miedo a las masas y estrenarse en el mundo de la bollería.
La masa es muy manejable y agradecida, se deja manipular sin pegarse a los dedos o a la encimera. No requiere de largos levados ni reposos, por lo que, si los hacéis después de comer, los tendréis listos para servir a la hora de la merienda.
Lo más curioso y característico de estos panecillos es su generosa cobertura de queso y mermelada, que aporta un plus de sabor y jugosidad, y la capa de streusel con que se rematan y que les da un toque crujiente soberbio. Te cuento cómo hacerlos.
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Elaboración de la masa. Mezclamos la leche templada con la levadura y el azúcar y dejamos reposar diez minutos. Añadimos uno de los dos huevos (el otro lo reservamos para pincelar los bollos), la esencia de vainilla y el aceite. Mezclamos.
Añadimos la harina y la sal. Removemos inicialmente y, cuando no podamos más, pasamos la mezcla a la encimera y la trabajamos con las manos durante unos minutos hasta conseguir una masa homogénea y elástica. La dejamos reposar en un bol engrasado y cubierto con un paño durante una hora o hasta que doble su volumen.
Dividimos la masa en 12 porciones del mismo peso (o lo más parecido posible) y las boleamos. Las colocamos en una bandeja con papel vegetal, dejando espacio entre ellas para que no se peguen al crecer durante el horneado. Cubrimos con un paño y dejamos reposar media hora más.
Mientras tanto preparamos el relleno, batiendo el queso crema con el azúcar, y también el streusel, mezclando la harina, la mantequilla y el azúcar con las yemas de los dedos hasta obtener una especie de migas. Reservamos ambos en la nevera.
Transcurrido el tiempo de reposo, hacemos un hueco en el centro de cada bola presionando con los dedos (sin que se abra agujero) y rellenamos con una cucharada de crema de queso y otra de mermelada.
Pincelamos con el huevo batido, espolvoreamos con un poco de streusel y cocemos en el horno, precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo, durante 20 minutos o hasta que veamos que están dorados. Dejamos atemperar antes de consumir.
Con qué acompañar los vatrushka
Los vatrushka son delicioso por sí solos, especialmente recién horneados y ligeramente atemperados. Aunque se pueden acompañar de un vaso de leche, un café, una infusión o cualquier otra bebida. Ideales para servir en desayunos y meriendas.
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