Esta receta surgió como consecuencia de uno de mis habituales despistes. En realidad tenía pensado hacer empanadillas, pues estaba segura que tenía dos paquetes de obleas en la nevera, pero cuando ya tenía hecho el relleno me di cuenta de que estaba equivocada. Llamé a mi madre por si había suerte y fue ella la que me sugirió que preparara una variante de los clásicos canelones de atún y tomate.
Menos mal que las madres están siempre ahí para echar una mano, en mi caso para darme una buena idea, pues no se me hubiera ocurrido salvar tan satisfactoriamente la situación. Cuando me obceco en algo soy incapaz de ver otra salida. Salieron unos canelones tan ricos que mis hijos batieron récord comiéndose cinco cada uno.
Empezamos poniendo en remojo las placas de canelones precocinados, según las indicaciones del fabricante. Pelamos los huevos hervidos ya fríos y los troceamos menudos. Pelamos la cebolla, la cortamos en gajos y los doramos en una sartén hasta que queden bien confitados.
Pelamos los tomates, los rallamos y los ponemos a freír en una sartén a fuego lento para hacer la salsa de tomate. Escurrimos las placas de canelones y las colocamos con cuidado sobre un paño limpio de cocina para que escurran el agua sobrante. Escurrimos el atún y lo desmenuzamos.
En un bol grande mezclamos los huevos, el atún, la cebolla y la salsa de tomate. Esta última mejor no ponerla toda de una vez, la vamos añadiendo al gusto y si sobra la podemos guardar para realizar otra receta. Vamos rellenando las placas de canelones, las enrollamos y las vamos colocando en una bandeja de horno.
Preparamos la bechamel. En un cazo calentamos la mantequilla hasta que se derrita. Añadimos la harina y la tostamos un poco, no hay que dejar que se queme para que no nos salga una salsa amarga, por eso removemos constantemente. Añadimos la leche con cuidado, para que no se hagan grumos. Salpimentamos, añadimos la nuez moscada y dejamos hervir, removiendo, hasta que espese.
Vertemos la salsa sobre los canelones. Los espolvoreamos bien con el queso y los cocemos a horno precalentado a 180 ºC unos quince o veinte minutos. Al final les daremos un toque de gratinado para que se forme una costra crujiente con el queso. Si queréis, antes de poner los canelones en la bandeja de hornear, podéis poner una ligera capa de salsa de tomate. Servir inmediatamente.
Con qué acompañar los canelones de atún
Esta receta de canelones de atún está deliciosa recién salida del horno, aunque suponga un pequeño sacrificio con el calor que ha entrado de repente. Comerlos con la capa de queso crujiente no tiene precio. Y además, es una receta que puede prepararse con antelación y hornearse justo antes de ser degustada.
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