El chocolate más negro y el cacao se pueden emplear también en recetas saladas, aunque todavía choque a muchos. Aporta unos matices muy interesantes a guisos y salsas intensas, como sucede en esta receta de pasta gigli con salsa de tomate y chocolate.
Me gusta hacer salsas de tomate sencillas en casa cuando comemos pasta sin más complicaciones, y el toque de chocolate le ha dado un matiz diferente muy sabroso. La salsa se oscurece y gana aromas profundos, sin confundir al paladar con el dulce. Si no se revela el ingrediente secreto es poco probable que los comensales lo descubran, pero el sabor les conquistará.
Picar la cebolleta y los dientes de ajo. Calentar un poco de aceite de oliva en una sartén o cazuela ancha y pochar ambos ingredientes durante unos minutos. Añadir el tomate troceado y remover bien. Subir la temperatura, regar con el vino y dejar que evapore el alcohol.
Picar el chocolate negro y añadirlo. Mezclar hasta que se derrita y se incorpore bien. Sazonar con las hierbas y salpimentar. Bajar el fuego y dejar cocinar durante unos 20 minutos, hasta que reduzca y el tomate esté casi deshecho.
Mientras se cocina la salsa, preparar la pasta siguiendo las instrucciones del fabricante, procurando que quede al dente. Escurrir bien y disponer en una fuente. Servir acompañada de la salsa, albahaca fresca y queso parmesano al gusto, preferiblemente recién rallado.
Con qué acompañar la pasta con salsa de tomate y chocolate
Podemos servir este plato de pasta gigli con salsa de tomate y chocolate negro mezclando todo junto en una fuente, o dejando que cada comensal se añada la cantidad de salsa deseada. El cacao aporta unos toques de sabor que combinan muy bien con un buen queso rallado, así que mejor invertir en una buena cuña de parmesano o similar para rallarlo en el momento. Una ensalada fresca ligera es el acompañamiento justo y perfecto.
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